Mieres

Choose your language

Páginas vistas desde 14/08/2015

domingo, 4 de junio de 2017

Alfonso I. Rey de Asturias



Después del heroico Pelayo y su hijo Favila, empuña el cetro del reino asturiano Alfonso I llamado también el católico. Se le puede llamar con pleno derecho como Rey, ya que su reinado fue crucial para construir y definir la identidad del Reino de Asturias.

Se casó con Ermesinda, hija de Pelayo, con lo que a la muerte de Favila, se convirtió en único heredero del trono, lo que constata la tradición matrilineal propia de la sociedad gentilicia astur. Nació en el año 693, Alfonso I era hijo del duque Pedro de Cantabria, se cree que en Tricio, La Rioja, ya que su padre tenía su sede allí.


Apenas se dispone de datos sobre sus primeros años. Por lo que dejan entrever las crónicas, su educación era importante por ser el hijo mayor del Duque Pedro. Alfonso antes de contraer matrimonio con Emersinda, hija de D. Pelayo, residía en la corte del monarca astur, con el fin de completar su educación bajo la tutela del Rey. De este modo podemos intuir que el Duque Pedro, como prueba de su lealtad al nuevo monarca, decide enviar a la corte a su hijo, como era costumbre entre los nobles visigodos, para hacer patente su reconocimiento a Pelayo, el cual en agradecimiento por la atención sobre todo por su colaboración decidió que Alfonso contrajera matrimonio con su única hija. Así lo afirma en la Crónica Albeldense…”que tomó por esposa a Ermesinda, hija de Pelayo, por iniciativa del propio Pelayo”.

Es con D. Pelayo con quien se inicia la reconquista de la Península Ibérica tras la batalla de Covadonga, pero sin duda se produce de una manera clara en el reinado de Alfonso I.


Los árabes habían dejado los peores territorios a los bereberes, los más fríos y además fronterizos con los reinos cristianos, eso produjo enfrentamientos entre los bereberes y los árabes. A partir del año 740 los bereberes abandonan esas zonas para asentarse en el sur de la Península, dejando de esta manera el territorio vacío. Esto fue aprovechado por Alfonso I quien empezó a ocupar el territorio vacío, primeramente hacía el oeste, adhiriendo para el reino el territorio de Galicia hasta la costa. Las epidemias de viruela y la fase hambruna durante el 750 favorecieron las incursiones del rey astur en territorios del Valle del Duero. Varias crónicas hablan sobre ello. La Crónica de Alfonso III nos lo cuenta: “acompañado de su hermano Fruela Pérez, llevó a cabo muchos combates contra los sarracenos y capturó muchas ciudades que éstos habían ocupado”. No perdamos de vista a este Fruela Pérez, ya que sería padre, abuelo, bisabuelo y tatarabuelo de reyes.


De su matrimonio con Ermesinda, Alfonso tuvo tres hijos, Adosinda, Vimarano y Fruela, que fue quien le sucedió después de muerto Alfonso en el año 757. Tras haber permanecido 18 años en el poder. Sus restos mortales fueron depositados en el convento de Santa María junto a su esposa.

Las crónicas del siglo IX afirma que tras el fallecimiento del monarca , “en el silencio de la noche cerrada, y los guardias velaban con toda diligencia su cuerpo, súbitamente se oyó en el aire por todos los que velaban la voz de los ángeles que cantaban: he aquí como desaparece el justo, y nadie repara en ello; y los varones justos desaparecen, y nadie se da cuenta en su corazón. De la presencia de la iniquidad ha sido apartado el justo; en la paz estará su sepultura”. (Crónica de Alfonso III a Sebastián, capitulo 15)


Para saber más.
J. Gil Fernandez, J.L. Moralejo, J.I. Ruiz de la peña: Crónicas Asturianas. Oviedo: Universidad 1985.

P. Guichard: Los nuevos musulmanes.
Antonio Domínguez Ortiz: Historia de España. Barcelona, 1989.

J.M. Jover Zamora:Historia de España. España musulmana. Madrid: Espasa-Calpe, 1994.

J.L. Martín: Manual de historia de España. La España medieval. Madrid: 1993.

R. Menéndez Pidal: Historia de España. Los comienzos de la Reconquista (711-1038) Madrid: Espasa-Calpe: 1976.

R. Menéndez Pidal: La España cristiana de los siglos VIIIal XI. El reino Astur-leonés (722-1037). Madrid: Espasa-Calpe: 1976.