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domingo, 6 de noviembre de 2016

El Reino de Navarra y las vascongadas: La verdadera historia.


Lo primero que hay que decir en términos históricos, Navarra es española desde sus propios indicios como identidad política singular. La Navarra que conocemos hoy, nació entre finales del siglo VIII o principios IX, cuando nace el Reino de Pamplona, que se las verá y deseará para consolidarse, lo que logrará más tarde con el apoyo de los reyes astur-leoneses, sin olvidar que Navarra permanecerá durante 400 años bajo el dominio árabe.

El viejo Reino de Navarra se vuelve a enfrentar en pleno siglo XXI a una nueva batalla, la batalla de la historia, (últimamente los españoles somos muy aficionados a la memoria histórica). Una memoria selectiva, pues mientras se nos exige que para que los terroristas nos perdonen la vida tengamos amnesia respecto a los crímenes que han perpetrado a lo largo de las últimas décadas en plena democracia, haciendo todo lo posible para reavivar el vendaval que arrasó España hace setenta y cinco años, no en buscar concordia sino de ajuste de cuentas.

En esta nueva batalla de la historia que padece Navarra, se trata de llegar incluso más lejos. La memoria histórica de 1512, se utiliza como arma arrojadiza para tratar de ahogar el sentimiento español del pueblo navarro. Una afirmación absolutamente falaz, es la de que el Reino de Navarra fue la encarnación medieval del “Estado vasco de Euskal Herria”. Reino cuya independencia pereció, a sangre y fuego a manos de los españoles, calificando a Fernando el Católico  de genocida, falsario y de falta de escrúpulos. Señala que tres siglos antes, en 1200 el Reino de Navarra había quedado manipulado por el imperialismo castellano a manos de Alfonso VIII de Castilla, que habría rebatado por la fuerza de las armas el Señorío de Vizcaya y las provincias de Álava y Guipúzcoa. Nada de eso es cierto. El aberzalismo  miente, en primer lugar y sobre todo, porque no es cierto que el Reino de Navarra fuera la encarnación medieval del “Estado vasco Euskal Herria”.

Por otra parte, en la llamada “tierra de vascos”, situada al otro lado de los Pirineos, los territorios de Labourd y de Soule nunca formaron parte del Reino de Navarra. La llamada Basse Navarre y su integración en la corona de Navarra se produjo en 1191, por donación de Ricardo Corazón de León, Rey de Inglaterra, agradecido a su cuñado, el futuro Rey Sancho VII el Fuerte, por la ayuda que le había prestado para mantener bajo su dominio al territorio de la Guyena, que se extendía desde Hendaya hasta Burdeos y que permaneció en poder de los ingleses hasta el año 1453.

Si fuera cierto que el pueblo vasco existe desde el comienzo de los tiempos, lo lógico es que se hubiera manifestado como tal cuando los romanos llegaron a España y sobre todo cuando en el siglo VIII comienzan a emerger los primeros núcleos cristianos de resistencia frente a los invasores musulmanes. En ambas ocasiones, Euskal Herria no es que haga mutis, sino sencillamente es que no existe. No hay un pueblo vasco que tenga conciencia de sí mismo. No hay rastro del “Zazpiaz bat” (siete en uno) ni del “Laurak bat” (cuatro en uno) ni tan siquiera del “Irurak bat” (tres en uno).


Si es cierto, que durante algunos periodos de tiempo los territorios vascongados estuvieron bajo la autoridad del monarca pamplonés, pero fue tan fugaz que no dejó ninguna huella ni en sus instituciones ni en las respectivas poblaciones y, además, tampoco se produjo de manera simultánea  ni continua. Aunque no guste, la única verdad es que desde que las Vascongadas tuvieron uso de razón política, su historia se desenvuelve en Castilla o junto a Castilla, sin que se hubiera forjado ningún lazo que pudiera sugerir la existencia de una mínima conciencia colectiva de pertenecía a una única comunidad.

Dependencia de los "territorios históricos de Euskal Herria"

Estos son los datos:
Álava
·        De 1029 a 1076….47 años
·        De 1123 a 1134….11 años
·        De 1179 a 1200….21 años
Total……………….79 años.
Guipúzcoa
·        De 1014 a 1076….62 años
·        De 1123 a 1134….11 años
·        De 1179 a 1200….21 años
Total……………….94 años.
Vizcaya
·        De 1029 a 1076….47 años
·        De 1123 a 1134….11 años
Total…………….58 años.

De estos datos se desprende que Vizcaya puso punto y final a su relación con Navarra en 1134, a la muerte de Sancho III el mayor, Rey de Navarra. No fue este gran monarca pamplonés “rey de los vascos”, otra gran mentira, sino Rey de toda la España cristiana, de cuyo tronco dinástico se desgajarán los reinos de Castilla y de Aragón.

En Álava es cierto que Navarra trató de imponer en ella su autoridad en tiempos de Sancho VI el Sabio. Bajo su reinado, en 1181 se produjo la fundación de la ciudad de Vitoria. En 1200 reinando en Navarra el legendario Sancho VII el Fuerte, la Cofradía solicita la ayuda de Alfonso VIII de Castilla para librarse del dominio navarro. Los castellanos ponen sitio a Vitoria, contando con la inestimable ayuda y apoyo de Diego López de Haro, señor de Vizcaya. Por aquel entonces el rey navarro se encontraba en tierra de moros, por lo que la guarnición navarra acabó por rendirse y la ciudad quedó en manos castellanas. En 1332 los alaveses enviaron procuradores a Burgos ofreciéndole al Rey Alfonso XI el señorío sobre aquella tierra. Así se produjo la “voluntaria entrega” de Álava a la corona de Castilla, hecho que permanecerá vivo en la conciencia alavesa a lo largo del tiempo.

También en 1200, Guipúzcoa se entrego a la corona de Castilla. Mientras castellanos y vizcaínos ponían sitio a la ciudad de Victoria, los guipuzcoanos aprovecharon la oportunidad para pedir auxilio al Rey Alfonso VIII de Castilla para redimirse de la opresión de Navarra “por desafueros que, según la tradición antigua se conserva entre las gentes hasta hoy día, habían los años pasados recibido de los reyes de Navarra”. La cita es de Esteban de Garibay, historiador guipuzcoano del siglo XVI. El rey aceptó la “voluntaria entrega” de la provincia, que quedó incorporada desde entonces a la corona castellana.

Los actuales revisionistas de la memoria histórica niegan esa voluntad de la entrega o incorporación de Álava y Guipúzcoa a Castilla. Pero es lo cierto y es lo que vale, so pena de que convirtamos a los vascongados de aquella época como traidores a su patria o cobardes por plegarse al poder castellano, algo que no encaja en un pueblo indómito que pelea por su libertad. Lo único cierto es que los vascongados se sentían castellanos y por ende españoles.

Además presumían de ser los hispanos mas originarios, los más antiguos y puros de los habitantes de la península ibérica. Y con semejante honor participarán en todas las empresas exteriores de la monarquía española.

En 1516, muerto el rey Fernando, su nieto Carlos, el futuro emperador, se convertirá en rey de Navarra con el titulo de Carlos IV, después de añadir al juramento foral el compromiso de mantenerla como reino de por sí. Carlos de Habsburgo se ciñe las coronas de Castilla, de Aragón y de Navarra, por lo que ha de reconocerle como el auténtico fundador de la monarquía española.

Vamos abordar el papel de que jugaron los vascos de la época en todo este proceso. Hay que destacar lo primero, es que el ejército del Duque de Alba el grueso de sus tropas estaba compuesto por soldados alaveses, guipuzcoanos y vizcaínos. Entre los diez o doce mil hombres que entraron en Navarra, marchaban 3.000 alaveses al mando del diputado general Diego Martínez de Álava, 2.500 a 3.000 guipuzcoanos y 2.000 vizcainos.

En el otoño de 1512, los reyes Juan y Catalina trataron de recuperar el reino de Navarra con el auxilio de los franceses. Un ejército francés consiguió llegar a Pamplona, donde se había encerrado el Duque de Alba. El asedio fue un autentico fracaso y los franceses se batieron en retirada. Un contingente de 3.000 -mercenarios al servicio de los franceses-, fue atacado en el puerto Valete por milicias guipuzcoanas y vizcaínas, al grito de “¡Santiago, España!”. En su derrota, los franceses perdieron doce piezas de artillería de gran calibre y de un valor artístico increíble. Las autoridades guipuzcoanas solicitaron a la reina Doña Juana que les permitieran grabar los doce cañones en el escudo de armas de la provincia, la reina adepto complacida. Y en el permanecieron hasta que en 1979 las Juntas Generales de Guipúzcoa acordaron eliminarlos del escudo por considerar que su mantenimiento implicaba un gesto inamistoso hacía Navarra, como si hubieran los navarros los masacrados en Valete. Su intención no era otra que la de tratar de borrar las huellas de la historia para ocultar la plena y secular identificación de los guipuzcoanos con la corona castellana y después con la monarquía española.

Es bueno recordar, porque las nuevas generaciones vascas lo desconocen por completo, que Ignacio de Loyola, patrón de Guipúzcoa y de Vizcaya, cayó herido en Pamplona defendiendo la pertenencia del reino de Navarra a la corona española.

EL CASTILLO DE MAYA.
SIMBOLO DE LA RESISTENCIA NAVARRA
El último enfrentamiento franco-español por causa de Navarra fue la toma del castillo de Maya, al que ahora llaman Amaiur. Los franceses se habían apoderado en Octubre de 1521 de esta fortaleza baztanesa, en la frontera con Francia, así como Fuenterrabía. En Maya dejaron una guarnición de 200 caballeros de la facción agramontesa. Privados de toda posibilidad de recibir avituallamiento al estar en territorio español, los del castillo recurrieron al pillaje para sobrevivir. Los lugareños cansados de sus tropelías pidieron al virrey, conde de Miranda, que pusiera fin a esta pesadilla. En julio de 1522 se dispuso el envío al Baztán de una fuerza militar compuesta fundamentalmente de tropas navarras al mando de Luis Beaumont. También acudieron soldados guipuzcoanos. El 17 de julio las tropas reales tomaron posición frente al castillo. El 18 de julio se inició el ataque que fue rechazado por los sitiados. Pero al día siguiente, 19 de julio, se rindieron.
Ahora algunos pretenden reescribir la historia. Pero la desfachatez del aberzalismo no tiene límites cuando trata de sacar rédito político de los sucesos de 1512 para justificar la integración de Navarra en Euskal Herria. La utilización del nombre de Amaiur para una coalición aberzale en las elecciones generales de 2011 es una obscenidad política. Los defensores de Maya eran agramonteses y se habían batido contra las tropas castellanas compuestas en su mayoría por soldados vascongados. Que al pie del monolito que recuerda aquel episodio histórico se leyera un manifiesto en pro de la independencia de Navarra por parte de quienes pretenden uncirla al carro de una Euskal Herria inexistente, arrogándose asimismo la representación de los defensores de la fortaleza, es una afrenta a su memoria. Si fuera cierto que Navarra hubiera perdido en 1512 su soberanía nacional, concepto anacrónico en aquella época, la habría sido fundamentalmente gracias al esfuerzo castellano de los vascos de la época.
Dicho esto debemos reivindicar la memoria de aquellos soldados vascongados por haber contribuido a la inserción de Navarra en el conjunto español.

Homenaje a los defensores del castillo de Maya

Si la dinastía destronada hubiera conseguido mantenerse en el concierto europeo como un estado independiente, la perspectiva de lograr lo que el argot aberzale se denomina “unidad territorial de Euskal Herria” sería una entelequia, pues para conseguirla el Pais Vasco tendría que separarse de España para integrarse en el que ahora sería el “Estado soberano Navarro”. Así que los vínculos de fraternidad se derivan del hecho de pertenecer a la nación española. 

Al cabo del tiempo se ha producido otro hecho singular. En 1700, los Borbones acceden al trono de España. Tal vez la circunstancia de que Felipe V fuera descendiente de los reyes destronados en 1512 seria determinante para que Navarra se apartara de la causa del Archiduque Carlos de Austria. Sea lo que fuere, lo que probablemente no estaba escrito en el guión de la historia es que quinientos años después de su destronamiento, al ser Navarra parte integrante de la nación española, reinó en ella Juan Carlos I de Borbón, descendiente por línea directa de los reyes Juan y Catalina de Albert, lo mismo que el actual rey Felipe VI, pasando a su hija Leonor como heredera al trono de España los títulos de:  
Princesa de Asturias; Princesa de Gerona, Duquesa de Montblanch, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer; Princesa de Viana como heredera del Reino de Navarra. Paradojas de la historia.

jueves, 8 de septiembre de 2016

La Reconquista. D. Pelayo (III): La encainada



Aclaremos una cosa: es absurdo pretender que los astures se hubieran mantenido al margen de los movimientos que vivió Hispania desde la época romana. 
Los astures como los cántabros eran un pueblo de origen céltico, indoeuropeo, en todo caso mezclado con los autóctonos, cuya identidad no conocemos bien.


Sabemos que los astures como los cántabros y vascones no fueron particularmente proclives a dejar su independencia ni libertad, pero sabemos también que conocieron cierto nivel de romanización, primario desde luego, porque el territorio era más áspero, pero romanización al fin y al cabo. Del mismo modo, sabemos (porque hay vestigios arqueológicos suficientes) que no dejo de haber movimientos de población desde el norte de la Cordillera Cantábrica hacia el sur, desde fecha muy antigua.

Cuando el caos se adueña de Roma, vuelven afianzarse entre los astures y cántabros una organización Tipo Tribal ya que nunca había llegado a desaparecer. En Asturias por lo que sabemos, habrá áreas controladas por la aristocracia hispanogoda, sobre todo en las llanuras, al lado de extensas zonas donde el dominio corresponde a los clanes tribales de las montañas.

¿Porque se levantaron aquellos astures, junto a Pelayo, contra el poder moro? Todo apunta a que la causa de la sublevación fue la exigencia mora de que los asturianos tributaran con impuestos y rehenes. Si además el recaudador era visiblemente extranjero, las razones de rebeldía aumentaba.

Apunte orográfico

Naranjo de Bulnes (Picu Urriellu)

La historia de D. Pelayo y la monarquía por el fundada, sería difícil de comprender, si no esta precedida de la descripción detallada del territorio sobre el que se asentó el solar del reino.

Este territorio es una fortaleza natural, pero vamos a permitir que sea el escritor montañés  Amós de Escalante, quien nos haga una visión panorámica de los Picos de Europa.

“Desde los mas lejanos valles, se descubre el coloso, magnifico como siempre, ya fulgurando a mediodía con el vivo centelleo de sus nieves eternas, ya recortando sobre rojos celajes del ocaso, el contorno fantástico de sus excelsas cumbres, visión augusta que se deja admirar, pero no se deja definir” Amós Escalante dice algo para comprender la gran importancia de estas singulares montañas. Asturianos y montañeses, habitantes de los valles tendidos en torno del impenetrable gigante. Aquellas montañas se encontraban habitadas desde antiguo y sin embargo “inexplorados estaban los torcidos desfiladeros y levantados los picos, desmesuradas labores de aquella gigantesca corona sobre el cual el cielo deja caer un velo de nubes que la rebozan y esconden, celoso de conservar su augusto prestigio al Titan que la ciñe”.

La encainada

Amós Escalante nos acaba de describir “La encainada” la niebla de los Picos de Europa, que se abalanza sobre las montañas y las hace desaparecer de la vista humana como si jamás hubiera existido. “La encainada” es tal vez el peligro mas serio que acecha en los Picos, y como muchas veces baja de repente, ni los mas expertos ni conocedores del terreno se atreven a continuar si los ha cogido por el camino, la única solución es esperar a que levante.

Los fenómenos atmosféricos son fundamentales en los Picos de Europa y quienes no lo tengan en cuenta o los ignoren, corren el peligro de padecer una catástrofe, como la que diezmó a los moros que atacaron las huestes de D. Pelayo.


Los habitantes de aquella época eran hombres duros y aguerridos, Alejandro Pidal llamaba a los habitantes de Caín, la aldea mas metida hacia el corazón de los Picos, los “hombres-gamuza” hombres que se enfrentan a la muerte con estoicismo.

Este es el mismo paisaje que vio D. Pelayo cuando se adentro por primera vez en los Picos de Europa. Los habitantes escucharon a D. Pelayo, ya que les ponía en guardia de un ejercito de gente extranjera.

No solo los astures reaccionaron así: en Cantabria, el Duque Pedro, un noble hispanogodo, apoya a D. Pelayo y secunda la sublevación. Por eso D. Pelayo se hizo fuerte en Covadonga, en el área oriental de los Picos de Europa, junto a las montañas cántabras, y no en otra zona de la cordillera.


Asturias, 722 A.D. Un puñado de nuestros antepasados se encuentra dueño de un territorio al que dar forma. Unos son terratenientes de origen godo, otros son montañeses que comparecen con sus clanes y sus familias. Desde el principio, o quizás con el tiempo, todos se reconocieron en la Cruz y en la oposición al poder islámico. Todos se unieron para luchar por su libertad y recuperar la España robada por el Islam. Así empezó la mas portentosa aventura de la Reconquista.



Para saber mas:

- Costas y montañas. Amós Escalante y Prieto. Publicado en 1871. Editorial Madrid: Tello
Origenes de la Nación Española. El Reino Astur. Claudio Sánchez Albornoz. Editorial: Sarpe. Madrid, (1985)
- D. Pelayo. El Rey de las montañas. José Ignacio Gracia Noriega. Editorial: la esfera de los libros. 2007.
-La Leyenda de D. Pelayo. Carlos Villanueva Polo. De la edición: El autor. 2015.
-Los astures y Roma. José María Blázquez. Real Academia de la Historia. Biblioteca Miguel de Cervantes, 2005



martes, 17 de mayo de 2016

Don Pelayo (II): Covadonga

La Reconquista. D. Pelayo 2ª parte. Covadonga


              



¿Qué paso en Covadonga? Vamos a reconstruirlo sin temor a faltar a la verdad. Los rebeldes cristianos, efectivamente eran pocos y mal armados, pero fuertes en un terreno que conocían, cuando fueron atacados por los musulmanes. Estos, tal vez, habrían podido ganar si se hubieran limitado a un asedio para matar de hambre a los rebeldes. Pero, llevados por el desprecio que sentían por aquellos “asnos salvajes” cometieron el error de atacar. Un error, si, porque mover ejércitos por un pasaje desconocido y montañoso sin conocerlo, es arriesgarse al colapso. 


           

La leyenda de que las flechas moras, al llegar donde estaban los cristianos daban la vuelta y volvían sobre sus atacantes, admite una explicación lógica: cuando se lanza una flecha hacía arriba, es difícil mantener la puntería, eso sin contar que las flechas rebotando en la piedra, volvieran a caer por pura lógica de la ley de gravedad. Y todo indica que un ejército así, desconcertado, atacado desde lo alto por piedras y flechas, incapaz de responder y de moverse, muy bien pudo ser desarbolado por la carga de unos pocos hombres decididos y que actuaran sobre un punto, como dice la tradición que hizo Pelayo.

                            

La gran derrota de los musulmanes, llego sin embargo mas tarde. Con las filas desordenadas. Se retiraron como pudieron por los macizos de los Picos de Europa, que desconocían, exponiéndose a todo tipo de emboscadas. Atrapados en una montaña sin salida, anegados por los ríos, acosados en todos los flancos por los rebeldes montañeses, el orgulloso cuerpo de expedicionarios de Al Qama termino aniquilado por los “asnos salvajes”, por los rebeldes cristianos.

                       

Ya fuera una batalla campal como dicen las crónicas cristianas o una violenta escaramuza como sostienen las crónicas moras, lo cierto es que Covadonga señalo el punto de partida de la Reconquista. Allí los moros perdieron por primera vez, allí los rebeldes cristianos ganaron por primera vez.

Después de Covadonga, poco a poco iba a ir formándose una España que ya no era la Hispania romana ni la España visigoda, sino una hija de ambas que para sobrevivir, iba a tener enfrentarse a un enemigo superior.

             


Los cristianos ganaron. Los moros pusieron pies en polvorosa. El triunfo de Pelayo hizo que otros muchos de la cornisa Cantábrica, se sumaran a la rebelión. Para los musulmanes se abría en el norte un paisaje poco alentador. Así pudo consolidarse la precaria corona de Pelayo en un tiempo que el trono de Pelayo solo era una silla de montar.

                     

¿Qué había en aquella Asturias del año 722? Cuestión de cuestiones. Sabemos que la Reconquista empieza en Asturias, fue allí donde se forma un primer núcleo político de resistencia al islam; pero ¿Que había en exactamente en Asturias en aquel momento? ¿Quiénes eran aquellos rebeldes cristianos? ¿Por qué exactamente en Asturias y no en otro lugar? ¿En nombre de que se levantaron contra los moros? ¿Qué hacían mientras tanto, los vecinos cántabros y gallegos?  Todas estas preguntas tienen interés porque nos sitúan en el meollo mismo de lo que podríamos llamar el “problema histórico”.

La versión, digamos “tradicionalista” es una distorsión del pasado con conceptos presentes. En fechas más recientes, hay otras versiones cada vez más descabelladas. Por ejemplo, hay quien ha extendido la especie de que Asturias era una suerte de vestigio prerrománico, independiente de la España goda. En la misma onda fantástica, se ha ventilado la idea de que Pelayo no era un guerrero hispanogodo, sino un caudillo astur e incluso para forzar la máquina de la imaginación un musulmán de Cordoba y hasta incluso un caballero céltico de Britonia.

¿Fantasía, mala fe, ignorancia manipulación política? Tal vez de todo un poco. La verdad es que de aquella Asturias y de Pelayo sabemos lo que dicen las crónicas. Ahora bien eso no nos autoriza a inventar hoy explicaciones más fantásticas todavía. Pelayo fue el fundador de la Reconquista.

Todos estos aspectos son fundamentales para comprender y situar en el contexto histórico la leyenda del rey Astur y el comienzo de la Reconquista; los trataré en profundidad en mis siguientes post.

Posdata: No hace mucho he visto algunos blogs que no indagan la verdad. Pelayo nunca pudo pelear con Abderramán, ya que cuando este llego a España en el año 756, Pelayo ya había fallecido en el año 737.


martes, 5 de abril de 2016

Don Pelayo (I): Historia, leyenda y mito.

La Reconquista: Las Crónicas y D. Pelayo


¿Quién era Don Pelayo? Lo que sabemos sobre él es lo que las crónicas nos han legado. Así que vamos a detallar cuáles son: Por un lado, tenemos las crónicas cristianas: las tres de Alfonso III –la Albeldense, la Rotense y la Sebastianense u Ovetense, escritas a finales del siglo IX, prolongadas siglos más tarde por las crónicas Najerense y Tudense (Lucas de Tuy). Por otro lado tenemos las crónicas árabes: La Fath Al Ándalus, del siglo XII y la posterior de Al Maqqari. Son estos textos los que reconstruyen los hechos ocurridos tiempo atrás y lo hacen con una finalidad que nada tiene que ver con los criterios de la historia moderna.

¿Cuál es el origen de D. Pelayo? La Crónica Albeldense lo hace noble godo. El testamento de Alfonso III, del año 869, vincula territorialmente a D. Pelayo con el área central de Asturias. Recientes investigaciones arqueológicas, sugieren que antes de convertirse en el primer monarca astur, podría haber sido cabecilla de una organización política local. Estas crónicas, si declaran que D. Pelayo era hijo del duque Favila y descendiente de los reyes Chindasvinto y Rencesvinto.

Estas informaciones proporcionadas por las crónicas tanto árabes como cristianas vinculan estrechamente a Pelayo con Asturias, según el testamento de Alfonso III, D. Pelayo tenía tierras en Tiñana (Siero) y Bres (Piloña). Asimismo Al Maqqari como Ibn Jaldún, atribuyen a D. Pelayo origen asturiano y el primero de ellos al describir la batalla de Covadonga lo califica de “asno salvaje”. 

Otros cronistas musulmanes como Ibn Al-Akir, relata cómo Muza ataca al enemigo robando, matando destruyendo y violando. O Al-Nuwairi hace referencia a un lugar denominado, la Roca de Pelayo, conquistada por Muza en los años 712-714 y que los historiadores identifican con el Cerro de Santa Catalina en Gegio (Gijón). 

Manuscrito de la Crónica Najerense.


La Crónica Najerense, señala a D. Pelayo con un pasado nobiliario. En el siglo XIII Lucas de Tuy nos amplía la información, asegurando que Pelayo era nieto del monarca Chindasvisto e hijo de Favila, por lo tanto D. Rodrigo era primo de D. Pelayo, ya que Teodofredo era hermano del padre de D. Pelayo.

Gracia Noriega compara a D. Pelayo con el rey Arturo. Son dos reyes fundadores de dos monarquías que luego serán constitutivas del mundo moderno: España e Inglaterra. Arturo es un rey casi por completo legendario, mientras que D. Pelayo es un personaje histórico con aspectos legendarios. Sin embargo hay una amplísima literatura y muy buena sobre el rey Arturo y muy escasa y de andar por casa, aparte de mala, sobre Don Pelayo.

                     Covadonga
Faustino Menéndez-Pidal, miembro de la Real Academia de la Historia, dice: D. Pelayo es una figura histórica y también mítica porque en su tiempo no tenía el valor que después logro. Mítico no quiere decir que algo sea falso.   (Mito, acepción 3)


El catedrático emérito de la Universidad de Salamanca, Manuel Fernández, subraya:    “los visigodos son derrotados en Guadalete sin el apoyo de la población”. Sólo esta falta de apoyo explica una derrota tal fulminante. No es el pueblo sino la cúpula militar visigoda la que es vencida. En el caso de D. Pelayo es al revés, es la población la que vence a la cúpula militar árabe. Los astures están al lado del grupo de D. Pelayo y ahí empieza la línea de continuidad real de la España cristiana y medieval. Ahí es donde se conjuntan y fusionan los dos pueblos, la élite militar y aristocrática visigoda y el pueblo, en este caso el pueblo asturiano. Covadonga no es falsedad o espejismo, es la unión desinteresada de militar y pueblo.

Ante esto los musulmanes lanzaron una lluvia 
de flechas contra la pequeña resistencia 
del pueblo asturiano, que se protegió en la cueva.
Covadonga

El territorio asturiano, a pesar de haber sido conquistado por romanos y visigodos, había sabido resistir al yugo del poder extranjero. “Asturias nunca había estado sometida ni a Roma ni al mundo visigodo, tampoco lo iba a estar a los árabes: Conquistar un territorio es fácil, pero de ahí a dominarlo existe un abismo” son palabras de Javier Fernández Conde, catedrático de Historia Medieval.

Un hecho a destacar, es la transmisión del poder en el seno de la monarquía asturiana es llevada a cabo siguiendo las reglas de origen local, residuos de una anterior estructura matriarcal: así, la mujer a menudo transmitía derechos hereditarios al marido, como sucede en los casos de los reyes Alfonso I y Silo, que acceden al poder gracias a sus esposas Emersida y Adosinda, ambas de la familia de D. Pelayo. Sólo en época posterior, a partir de Ramiro I deAsturias, se impone definitivamente la sucesión por línea patrilineal.

Don Pelayo. Batalla de Covadonga

Para saber más:

  • Origenes de la nación española. Estudios críticos sobre la historia del Reino de Asturias: Claudio Sánchez Albornoz. Publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre 1974 y 1975. La libertad humana en el reino Asturleonés: del mismo historiador publicada por Espasa-Calpe en 1978.


  • Revista “Territorio, Sociedad y poder” editada por Trea y la Universidad de Oviedo. Avalan los investigadores, Avelino Gutiérrez, Lorenzo Arias y Margarita Fernández Mier, dirigidos por el Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, Javier Fernández Conde.



martes, 1 de marzo de 2016

Por qué Ceuta y Melilla son españolas

 La España norteafricana: 
Además de Ceuta y Melilla: Islas de alborán, Chafarinas, 
Alhucemas, Peñón de Vélez de la Gomera, Isla de Peregil

Una de las reclamaciones territoriales más delirantes y absurdas del momento actual, es la del reino de Marruecos sobre las ciudades de Ceuta y Melilla. No se sostiene ni jurídica ( Derecho Internacional) ni históricamente, y es una demostración de cómo siendo persistente con un monotema, al final se crea un debate que nunca tendría que haber existido. 

A diferencia de Gibraltar, que fue española durante más de 4 siglos hasta que los ingleses decidieron quedársela en la guerra de sucesión, Ceuta y  Melilla nunca fueron marroquíes. Por una razón muy sencilla, que cuando ambas ciudades se reincorporan a la Corona Española, Marruecos ni siquiera había hecho su debut en la historia.

Ceuta y Melilla son ciudades singulares, cada una con su propia personalidad y su propia historia.

Vamos a contar esa historia de manera paralela, para hacer visible que la identidad de Melilla y Ceuta tienen mucho más en común con España que con Marruecos, incluso cuando buena parte de España fue musulmana.

Vamos a buscar los orígenes de Ceuta y Melilla, para ello tenemos que remontarnos a los fenicios, nada menos: son ellos, quienes, al mismo tiempo que sientan las bases en la península, crean en Melilla una colonia comercial (RUSADIR) haciendo lo propio con Ceuta. 


También estas dos ciudades, tuvieron un papel destacado en las guerras púnicas: sus puertos sirvieron muchas veces de bases a las operaciones navales de los cartagineses y romanos. Juntas pasaron a ser romanas: Melilla en el año 46 D.C. con el nombre de FLAVIA y Ceuta en el año 40 D.C. como SEPTEM FATRES.  Melilla se convirtió en un puerto de primera importancia en el tráfico comercial con el resto de Hispania.

El origen del nombre de Ceuta puede remontarse  
a la designación dada por los romanos a los siete 
montes de la región (Septem Fratres).

Cuando se hundió el imperio romano Ceuta y Melilla corrieron la misma suerte que el reto de España: fueron invadidas por los vándalos de Genserico y  Melilla quedo destrozada, Ceuta se convirtió en plaza bizantina. Pero las dos quedaron bajo la influencia visigoda. En Ceuta fue donde se produjo la traición  y felonía de D. Julián gobernador visigodo deCeuta.  Melilla languideció hasta casi desaparecer, pero aun con la invasión musulmana seguían siendo españolas.

Cuando se descompuso el califato cordobés en el siglo XIII, las luchas del reino de Fez y el reino de Tremecén, la ciudad melillense quedo completamente desecha y una vez más se convirtió en una tierra muerta y asolada, y Melilla desapareció. Y quienes devolvieron la vida a Melilla fueron los castellanos.
Los reyes Isabel y Fernando buscaban un cierto número de plazas en el norte de África, para que sirviera de puente a sus proyectos del sur. Melilla, arruinada y sola, mal cumplía con ese propósito, por ese motivo la descartaron. Sin embargo, alguien veía las cosas de otra manera. El capitán general de Andalucía, Juan Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia, ve en esas ruinas un excelente enclave para instalar una base: es un llano protegido por montañas y a dos pasos del cabo de Tres Forcas. El duque resolvió enviar a un hombre de su confianza, su contable D. Pedro de Estopiñan, para que inspeccionara la zona. Era de origen aragonés y de la nobleza militar, su linaje llevaba tiempo instalado en Andalucía. Tenía fama de ser un tipo templado y de cabeza bien amueblada.
D. Pedro, recibe la orden del duque, viajar a la zona para reconocer el terreno y descubre que vale la pena reconquistar Melilla. Todo ello lo sabemos gracias al cronista Barrantes Maldonado.

El escudo oficial de Melilla es el de la Casa de Medina Sidonia. 
Tiene Corona Ducal que señorea Guzmán el Bueno en actitud 
de lanza un puñal desde el castillo de Tarifa.
 Lo sostienen las columnas del estrecho de Hércules, con la
 inscripción "Non Plus Ultra".
Incluye, asimismo, armas sobre campo de azur, dos calderas
 jaqueladas en oro y gules, gringoladas de siete serpientes en 
sinople, puestas al palo, bordadura de las Armas Reales de 
Castilla y León, de nueve piezas de gules, con castillos de oro,
 alternadas, con nueve piezas de plata con leones de gules.
También lleva divisa en su parte superior, detrás del castillo de Tarifa, 
una cinta alada con la leyenda:
                   "Praefere Patriam Liberis Parentem Decet"
                  (Conviene anteponer la Patria a la familia),
 y al pie del Escudo, pero fuera de él, un dragón en sinople.

Estopiñan, desempeñara importantes servicios para el duque y a los propios Reyes Católicos en lugares tan distantes como Gerona y Jerez. En esta última ciudad se afinco hasta el día de su muerte en 1505. Este es el hombre que reconstruyo Melilla. Desde entonces la Corona Española nunca abandonara Melilla.

Estatua de Pedro de Estopiñán en Melilla.

En 1640 cuando Portugal se desgaje de España, los ceutís decidirán que quieren seguir siendo españoles. Por eso Ceuta ostenta los títulos de Noble, Leal y Fidelísima, al tiempo que mantiene en su bandera las armas de Portugal.

Por lo tanto decir que Ceuta y Melilla es una reliquia colonial, es un disparate mayúsculo. Es no conocer la historia y pasarse por el arco del triunfo los tratados y acuerdos. Pero en este asunto, lo más importante no es la historia compartida, que es mucha y memorable, sino porque ellos siempre quisieron ser españoles.



Para saber más:

 - ROSA MARÍA RODRÍGUEZ MAGDA: INEXISTENTE AL ÁNDALUS. DE CÓMO LOS INTELECTUALES REINVENTARON EL ISLAM. Nobel (Oviedo), 2008

- ANTONIO ALMAGRO GORBEA, HAMID TRIKI Y MARIA JESÚS VIGERA(Fundación El Legado andalusí, Granada 1999) ITINERARIO CULTURAL DE ALMORÁVIDES Y ALMOHADES: MAGREB Y PENINSULA IBERICA.

- JUAN ESLAVA GALÁN: La agonía del reino nazarí



jueves, 21 de enero de 2016

La verdad no se puede ocultar siempre

Lo que nos une y nos hace iguales, y la nula legitimidad histórica que tiene esa idea secesionista catalana.   Lo que todo independentista catalán debería saber


Iberos fuimos todos los pobladores de la mitad de la península, ¿recuerdan?. Todo el levante hasta el centro peninsular era ibero, celtas la otra mitad peninsular, y en la zona de Aragón y norte castellano se unieron ambos pueblos denominándose celtiberos. Por tanto eran los mismos pueblos un Catalán, que un manchego de Cuenca, o que un granadino o un gaditano.


Me remonto en los fenicios, hace 2800 años, (o en el año 800 A.C. como mejor entendáis) porque fue el primer pueblo invasor extranjero, que unificó territorialmente su territorio ocupado en la península Ibérica, dándole el nombre de Hispania (i-spn-ya en fenicio), y Cataluña estaba dentro con todo el Levante hasta el sur de Andalucía y el centro-este de España.






Por otro lado, los visigodos, pueblos germánicos más belicistas, ciertamente no dejaban de guerrear unos con otros, PERO POR EL PODER DEL TRONO DE TODA SPANIA POLITICAMENTE UNIFICADA. En efecto, lo que ocurrió en su último periodo fue que ocupo el trono un nuevo rey, Rodrigo, por nombramiento en asamblea de nobles, quienes rechazaron al sucesor del rey Witiza por motivos que no se conocen bien. Rodrigo era, sin duda, el rey legitimo, pues fue nombrado como tal bajo el derecho visigodo, este sufrirá la sublevación de los seguidores de los hijos de Witiza, rey anterior de toda Hispania, y condes del nordeste peninsular, lo que hoy sería Aragón y Cataluña. Estos se apoyaran en los islamitas (hebreos, que habían sufrido la política hispanogoda) para ser después conquistados por los guerreros del Islam.

Esta conciencia de españolidad aparece de manera absolutamente irrefutable , en el representante más cualificado de la cultura hispana. Isidoro de Sevilla.


Sobre esta nación romanizada e independiente, con unas endebles estructuras políticas incipientes e inficionadas, pero provista de una cultura en aquellos momentos incomparable, descargó sus golpes la invasión islámica.  Entre otros males el reino godo estaba aquejado del “morbus gothorum”, el regicidio, la enfermedad que impedía dar estabilidad al reino godo y que perpetuaba los males de la monarquía hereditaria lo cual, aunado a la debilidad militar, la disgregación cuasisecesionista.  y la división entre visigodos e hispanorromanos; dejaba muchos flancos débiles, prestos a una invasión cantada.

El resultado, al coincidir con la fuerte pujanza anexionadora del Islam fue verdaderamente pavoroso. Sin embargo, igual que sucedería con otros momentos trágicos de su historia, si, por un lado, las instituciones se desplomaron, por otro lado la reacción del pueblo resultó excepcionalmente aguerrida. A decir verdad, la gesta española contra el Islam carece de paralelos en la historia universal. España fue uno de los escasos territorios invadidos que consiguió librarse del yugo islámico. España siempre recuperó su libertad sin ayuda extranjera.

Lo que no supieron ver los partidarios de Witiza, es que los árabes no venían con la intención de reponer en el trono de Hispania a los de Witiza, sino de conquistar el mundo. Estos negociaron la entrada de los árabes en la península, traicionando al rey Rodrigo en la batalla de Guadalete, no apareciendo en el campo de batalla. Gracias a esta primera traición que conoce la historia por parte de los nobles catalanes, los árabes conquistarían en menos de dos años toda la península Ibérica, y todo el sur de Francia. Los catalanes estuvieron dentro de la España árabe como el resto de territorios españoles, denominándose España.

Quede claro, ya se ve cuanto expongo, esta no fué la primera ocasión en la historia de España en que las élites de poder catalanas provocan enorme inestabilidad en los periodos de su máxima debilidad que sin eufemismos son cinco traiciones de los gobernantes catalanes hacía España: 
  • Contamos con una guerra civil catalana, la de los Segadores (1640-1652) que nos abocó a perder nuestra hegemonía en Europa contra Francia ayudada por la inestabilidad provocada. 
  • Llevaron el conflicto internacional de la Guerra de Sucesión al interior de la península en 1704 y convirtieron las tierras catalanas en un campo de batalla entre tropas españolas y extranjeras en 1711. 
  • Más tarde Cataluña sería uno de los focos de las guerras carlistas de mediados del  s. XIX, por otro tema sucesorio en la corona española, y que ayudaron a llevar a España a la quiebra y a la inestabilidad política que provocaron en Cataluña a principios del s. XX. 
  • Si fuésemos más atrás en la historia encontraríamos otra guerra civil en Cataluña (1462–1472) perteneciendo a la Corona de Aragón 
  • Y, por último, la ya mentada, invasión árabe de la Spania visigoda provocada por el pacto con estos de los partidarios del sucesor depuesto de la Tarraconensis, para arrebatar el trono al rey lusitano coronado bajo extrañas circunstancias por los nobles godos. 
Y el resultado final de cada una de estas traiciones catalanas siempre ha sido el abandono y desprecio a su causa de las potencias extranjeras.

Hoy de nuevo, en los albores del Siglo XXI, vuelven ustedes gobernantes separatistas con las mismas, y quieren que el resto de españoles lo entendamos, cuando su autogobierno es tan amplio, que ni siquiera se puede estudiar en Cataluña en la lengua del estado. Queridos independentistas, Cataluña se ha construido entre todos los españoles, su historia es la de todos los españoles, y su dependencia económica de España, es la misma que tenemos el resto todas las regiones. No es que no conciba legítimo que ustedes se vayan, es que no lo pueden hacer. Primero por motivos económicos, puesto que les llevaría a una quiebra  segura y a una situación dramática por décadas. Segundo porque no son ustedes los poseedores de Cataluña, sino que en todo caso, es posesión de todos los españoles.

Breve apunte para el señor Santiago Vidal a tener en cuenta para el rectificado de su “Constitució”

-No olvide el linaje castellano incipiente en la corona de Aragón, a partir del compromiso de caspe (1412)
(el compromiso de Caspe, pone muy nerviosos a los catalanistas)

-Fernando I de Antequera, rey de Aragón (1412) (Monarca castellano de Medina del Campo, votado en el compromiso de Caspe, por catalanes, aragoneses y valencianos)

-Fernando el católico, rey de Aragón (Monarca nacido en Sos y con linaje castellano de los Trastámaras).

Imagino que si fuese conquistado por un país hace siglos, y no pudiese hablar hoy día la lengua que tenía hace siglos, y hubiese perdido las costumbres que tenía hace siglos, hoy día me sentiría del país que me conquisto hace siglos, y no me importarían nada todos esos hechos. Algo que bien supieron ver los franceses cuando conquistaron el Rosellón y resto de regiones catalanas transpirenaicas. Hoy día los catalanes que pasaron a Francia tras esta conquista no hacen ni caso al catalanismo ni sus antiguas tradiciones, son franceses y se sienten franceses.

Es interesante leer esta carta de un barcelonés, que estudio con una beca Erasmus en Londres, la pongo íntegramente como la escribió:

Alberto F. Taure 23 de septiembre de 2014, 15:21

Te vas de Erasmus a Londres, y descubres que existe vida fuera de nuestro pequeño planeta catalán.
Que también hay trabajadores con carácter en otros territorios.
Que la Caixa no es tan importante, si se compara con el Comercial Bank of China.
Que solamente una ciudad como Shanghái tiene 20 millones de personas (tres veces toda Cataluña).
Descubres la verdad: que lo de las cuatro barras de Wifredo el Velloso sólo era una leyenda, un mito, sin fundamento histórico.
Ni Wilfredo fue contemporáneo del emperador, ni se usaba la heráldica en ese siglo.
Además, hasta la unión con Aragón, el emblema de los condes de Barcelona fue la cruz de San Jorge (una cruz de gules sobre campo de plata).
Descubres que la sardana la inventaron en el año 1817.
Fue un tal Pep Ventura, que tampoco se llamaba Pep sino José, nacido en Alcalá la Real, provincia de Jaén, e hijo de un comandante del Ejército español.
Se la inventaron, porque no podía ser que la jota de Lérida o del Campo de Tarragona fuese el baile nacional.
Y tampoco podía serlo el baile denominado “El Españolito”.
Por eso se inventaron la sardana a comienzos del siglo XIX: para crear una identidad nacional inexistente hasta entonces.
La sardana, otro mito.
Descubres que en 1714 no hubo ninguna guerra catalana-española, que Cataluña no participó en ninguna derrota bélica.
Fue una guerra entre dos candidatos a la Corona de España, vacante desde la muerte de Carlos II sin descendencia: entre un candidato de la dinastía de los Borbones (de Francia) y otro de la de Austria (de tierras germánicas).
En todos los territorios de la Corona de España hubo austracistas y borbónicos:
por ejemplo, Madrid, Alcalá y Toledo lucharon en el mismo bando que Barcelona.
No fue, como intentan venderlo, una guerra de secesión, sino de sucesión: ningún bando aspiró nunca a romper la unidad dinástica entre Castilla y Aragón, ni la separación de Cataluña.
La Diada otro mito.
Descubres que el “Caganer” del belén es una “tradición” que no se generaliza hasta el siglo XIX, como la sardana.
Y que el “Tió” es otra milonga identitarias y absurda. La Navidad catalana, otro mito.
Te das cuenta que [los nacionalistas] nos han tomado el pelo. No nos han educado, sino adoctrinado.
Que nos han alimentado, sin darnos cuenta, de una “ideología total” que se encuentra por encima de todo y de todos.
Lo abarca todo: permite pisar el derecho de las personas, modelar la Historia a su gusto, y determinar qué está bien o mal.
Te das cuenta que [los nacionalistas] nos han adoctrinado a través de mitos, leyendas, mentiras.
Que han construido o falseado una realidad, con tal de fundamentar su ideología.
Intentaré poco a poco ir comentando esos mitos.
Pido ayuda y la colaboración de todos, para tratar de encontrar otras mentiras.
Así, [los catalanes] podremos liberarnos de esos mitos, y ser libres de verdad.
Está claro que eso de viajar, es para algunos, una estupenda vacuna contra la estupidez y el aldeanismo.




BIBLIOGRAFIA DE REFERENCIA
  • Mitos y falacias de la historia de España – César Vidal ...
  • "Fueros sí, pero para todos. Los conciertos económicos", por Gonzalo Martínez Díez, catedrático de Historia del Derecho Español en San Sebastián y Valladolid, editan Alce y SILOS, 1976, de Madrid y Valladolid, 158 páginas
  •  La Crisis de la hegemonía española: siglo XVII, Volume 8. Ediciones Rialp, 1986. José Andrés Gallego
  •    El derrumbe del antiguo régimen. ENRIQUE LLOPIS 31 ENE 2012 - 12:51 CET. El País. Economía
  •  PRIMERA INDUSTRIALIZACIÓN, DESEQUILIBRIOS TERRITORIALES Y ESTADO Manuel González Portilla Universidad del País Vasco
  • «Revisión histórica de la presión fiscal castellana. Tomo II. Tributos de nueva imposición en la Castilla del Barroco», de Ubaldo Gómez Álvarez Reseña de ANTONIO APARICIO PÉREZ
  •  LA PARTICIPACIÓN FISCAL CATALANA EN LA MONARQUÍA HISPANICA. EMILIANO FERNANDEZ DE PINEDO Y FERNANDEZ Universidad del Puis Vasco
  •  La Crisis de la hegemonía española: siglo XVII, Volume 8. José Andrés Gallego
  • EL PROCESO DE CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL. Prof. Mª Pilar Noblejas Pérez IES Barri del Carme (Valencia) Historia de EspañaCurso 2010/2011
  • Estatuto de Autonomía 2006
  • CATALUÑA Y EL COMERCIO CON AMERICA. EL FIN DE UN DEBATE. Carlos Martlnez Shaw Universidad de Barcelona