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martes, 5 de abril de 2016

Don Pelayo (I): Historia, leyenda y mito.

La Reconquista: Las Crónicas y D. Pelayo


¿Quién era Don Pelayo? Lo que sabemos sobre él es lo que las crónicas nos han legado. Así que vamos a detallar cuáles son: Por un lado, tenemos las crónicas cristianas: las tres de Alfonso III –la Albeldense, la Rotense y la Sebastianense u Ovetense, escritas a finales del siglo IX, prolongadas siglos más tarde por las crónicas Najerense y Tudense (Lucas de Tuy). Por otro lado tenemos las crónicas árabes: La Fath Al Ándalus, del siglo XII y la posterior de Al Maqqari. Son estos textos los que reconstruyen los hechos ocurridos tiempo atrás y lo hacen con una finalidad que nada tiene que ver con los criterios de la historia moderna.

¿Cuál es el origen de D. Pelayo? La Crónica Albeldense lo hace noble godo. El testamento de Alfonso III, del año 869, vincula territorialmente a D. Pelayo con el área central de Asturias. Recientes investigaciones arqueológicas, sugieren que antes de convertirse en el primer monarca astur, podría haber sido cabecilla de una organización política local. Estas crónicas, si declaran que D. Pelayo era hijo del duque Favila y descendiente de los reyes Chindasvinto y Rencesvinto.

Estas informaciones proporcionadas por las crónicas tanto árabes como cristianas vinculan estrechamente a Pelayo con Asturias, según el testamento de Alfonso III, D. Pelayo tenía tierras en Tiñana (Siero) y Bres (Piloña). Asimismo Al Maqqari como Ibn Jaldún, atribuyen a D. Pelayo origen asturiano y el primero de ellos al describir la batalla de Covadonga lo califica de “asno salvaje”. 

Otros cronistas musulmanes como Ibn Al-Akir, relata cómo Muza ataca al enemigo robando, matando destruyendo y violando. O Al-Nuwairi hace referencia a un lugar denominado, la Roca de Pelayo, conquistada por Muza en los años 712-714 y que los historiadores identifican con el Cerro de Santa Catalina en Gegio (Gijón). 

Manuscrito de la Crónica Najerense.


La Crónica Najerense, señala a D. Pelayo con un pasado nobiliario. En el siglo XIII Lucas de Tuy nos amplía la información, asegurando que Pelayo era nieto del monarca Chindasvisto e hijo de Favila, por lo tanto D. Rodrigo era primo de D. Pelayo, ya que Teodofredo era hermano del padre de D. Pelayo.

Gracia Noriega compara a D. Pelayo con el rey Arturo. Son dos reyes fundadores de dos monarquías que luego serán constitutivas del mundo moderno: España e Inglaterra. Arturo es un rey casi por completo legendario, mientras que D. Pelayo es un personaje histórico con aspectos legendarios. Sin embargo hay una amplísima literatura y muy buena sobre el rey Arturo y muy escasa y de andar por casa, aparte de mala, sobre Don Pelayo.

                     Covadonga
Faustino Menéndez-Pidal, miembro de la Real Academia de la Historia, dice: D. Pelayo es una figura histórica y también mítica porque en su tiempo no tenía el valor que después logro. Mítico no quiere decir que algo sea falso.   (Mito, acepción 3)


El catedrático emérito de la Universidad de Salamanca, Manuel Fernández, subraya:    “los visigodos son derrotados en Guadalete sin el apoyo de la población”. Sólo esta falta de apoyo explica una derrota tal fulminante. No es el pueblo sino la cúpula militar visigoda la que es vencida. En el caso de D. Pelayo es al revés, es la población la que vence a la cúpula militar árabe. Los astures están al lado del grupo de D. Pelayo y ahí empieza la línea de continuidad real de la España cristiana y medieval. Ahí es donde se conjuntan y fusionan los dos pueblos, la élite militar y aristocrática visigoda y el pueblo, en este caso el pueblo asturiano. Covadonga no es falsedad o espejismo, es la unión desinteresada de militar y pueblo.

Ante esto los musulmanes lanzaron una lluvia 
de flechas contra la pequeña resistencia 
del pueblo asturiano, que se protegió en la cueva.
Covadonga

El territorio asturiano, a pesar de haber sido conquistado por romanos y visigodos, había sabido resistir al yugo del poder extranjero. “Asturias nunca había estado sometida ni a Roma ni al mundo visigodo, tampoco lo iba a estar a los árabes: Conquistar un territorio es fácil, pero de ahí a dominarlo existe un abismo” son palabras de Javier Fernández Conde, catedrático de Historia Medieval.

Un hecho a destacar, es la transmisión del poder en el seno de la monarquía asturiana es llevada a cabo siguiendo las reglas de origen local, residuos de una anterior estructura matriarcal: así, la mujer a menudo transmitía derechos hereditarios al marido, como sucede en los casos de los reyes Alfonso I y Silo, que acceden al poder gracias a sus esposas Emersida y Adosinda, ambas de la familia de D. Pelayo. Sólo en época posterior, a partir de Ramiro I deAsturias, se impone definitivamente la sucesión por línea patrilineal.

Don Pelayo. Batalla de Covadonga

Para saber más:

  • Origenes de la nación española. Estudios críticos sobre la historia del Reino de Asturias: Claudio Sánchez Albornoz. Publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre 1974 y 1975. La libertad humana en el reino Asturleonés: del mismo historiador publicada por Espasa-Calpe en 1978.


  • Revista “Territorio, Sociedad y poder” editada por Trea y la Universidad de Oviedo. Avalan los investigadores, Avelino Gutiérrez, Lorenzo Arias y Margarita Fernández Mier, dirigidos por el Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, Javier Fernández Conde.



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