La Reconquista: Las Crónicas y D. Pelayo
¿Quién era Don Pelayo? Lo que sabemos sobre él es lo que las crónicas nos
han legado. Así que vamos a detallar cuáles son: Por un lado, tenemos las
crónicas cristianas: las tres de Alfonso III –la Albeldense, la Rotense y la
Sebastianense u Ovetense, escritas a finales del siglo IX, prolongadas siglos
más tarde por las crónicas Najerense y Tudense (Lucas de Tuy). Por otro lado tenemos las crónicas árabes: La Fath Al Ándalus, del siglo
XII y la posterior de Al Maqqari. Son estos textos los que reconstruyen los
hechos ocurridos tiempo atrás y lo hacen con una finalidad que nada tiene que
ver con los criterios de la historia moderna.
¿Cuál es el origen de D. Pelayo? La Crónica Albeldense lo hace noble godo. El testamento de Alfonso III, del
año 869, vincula territorialmente a D. Pelayo con el área central de Asturias.
Recientes investigaciones arqueológicas, sugieren que antes de convertirse en
el primer monarca astur, podría haber sido cabecilla de una organización
política local. Estas crónicas, si declaran que D. Pelayo era hijo del duque Favila y
descendiente de los reyes Chindasvinto y Rencesvinto.
Estas informaciones proporcionadas por las crónicas tanto árabes como
cristianas vinculan estrechamente a Pelayo con Asturias, según el testamento de
Alfonso III, D. Pelayo tenía tierras en Tiñana (Siero) y Bres (Piloña).
Asimismo Al Maqqari como Ibn Jaldún, atribuyen a D. Pelayo origen asturiano y
el primero de ellos al describir la batalla de Covadonga lo califica de “asno
salvaje”.
Otros cronistas musulmanes como Ibn Al-Akir,
relata cómo Muza ataca al enemigo robando, matando destruyendo y violando. O
Al-Nuwairi hace referencia a un lugar denominado, la Roca de Pelayo,
conquistada por Muza en los años 712-714 y que los historiadores identifican
con el Cerro de Santa Catalina en Gegio (Gijón).
Manuscrito de la Crónica Najerense.
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La Crónica Najerense, señala a D. Pelayo con un pasado nobiliario. En el
siglo XIII Lucas de Tuy nos amplía la información, asegurando que Pelayo era
nieto del monarca Chindasvisto e hijo de Favila, por lo tanto D. Rodrigo era
primo de D. Pelayo, ya que Teodofredo era hermano del padre de D. Pelayo.
Gracia Noriega compara a D. Pelayo con
el rey Arturo. Son dos reyes fundadores de dos monarquías que luego serán
constitutivas del mundo moderno: España e Inglaterra. Arturo es un rey casi por
completo legendario, mientras que D. Pelayo es un personaje histórico con
aspectos legendarios. Sin embargo hay una amplísima literatura y muy buena sobre el rey Arturo y muy escasa y de andar por casa, aparte de mala, sobre Don Pelayo.
Covadonga
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Faustino Menéndez-Pidal, miembro de la Real Academia de la Historia, dice:
D. Pelayo es una figura histórica y también mítica porque en su tiempo no tenía
el valor que después logro. Mítico no quiere decir que algo sea falso. (Mito, acepción 3)
El catedrático emérito de la Universidad de Salamanca, Manuel Fernández,
subraya: “los visigodos son derrotados en Guadalete sin
el apoyo de la población”. Sólo esta falta de apoyo explica una derrota tal
fulminante. No es el pueblo sino la cúpula militar visigoda la que es vencida.
En el caso de D. Pelayo es al revés, es la población la que vence a la cúpula
militar árabe. Los astures están al lado del grupo de D. Pelayo y ahí empieza la línea de
continuidad real de la España cristiana y medieval. Ahí es donde se conjuntan y
fusionan los dos pueblos, la élite militar y aristocrática visigoda y el
pueblo, en este caso el pueblo asturiano. Covadonga no es falsedad o espejismo,
es la unión desinteresada de militar y pueblo.
Ante esto los musulmanes lanzaron una lluvia
de flechas
contra la pequeña resistencia
del pueblo asturiano, que se protegió en la
cueva.
Covadonga
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El territorio asturiano, a pesar de haber sido conquistado por romanos y
visigodos, había sabido resistir al yugo del poder extranjero. “Asturias nunca
había estado sometida ni a Roma ni al mundo visigodo, tampoco lo iba a estar a
los árabes: Conquistar un territorio es fácil, pero de ahí a dominarlo existe
un abismo” son palabras de Javier Fernández Conde, catedrático de Historia
Medieval.
Un hecho a destacar, es la transmisión del poder en el seno de la monarquía
asturiana es llevada a cabo siguiendo las reglas de origen local, residuos de una
anterior estructura matriarcal: así, la mujer a menudo transmitía derechos
hereditarios al marido, como sucede en los casos de los reyes Alfonso I y Silo,
que acceden al poder gracias a sus esposas Emersida y Adosinda, ambas de la
familia de D. Pelayo. Sólo en época posterior, a partir de Ramiro I deAsturias, se impone definitivamente la sucesión por línea patrilineal.
Don Pelayo. Batalla de Covadonga |
Para saber más:
- Origenes de la nación española. Estudios críticos sobre la historia del Reino de Asturias: Claudio Sánchez Albornoz. Publicado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre 1974 y 1975. La libertad humana en el reino Asturleonés: del mismo historiador publicada por Espasa-Calpe en 1978.
- Revista “Territorio, Sociedad y poder” editada por Trea y la Universidad de Oviedo. Avalan los investigadores, Avelino Gutiérrez, Lorenzo Arias y Margarita Fernández Mier, dirigidos por el Catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo, Javier Fernández Conde.