Alfonso I el católico llega al trono y amplía el reino.
Cabalga hacia el sur y gana nuevos territorios y nuevos pobladores. Asturias
está en guerra. Y las crónicas nos dicen que, junto al rey cabalga un guerrero:
su hermano Fruela.
Ya sabemos cómo se
las gastaban los moros: en el sur de Francia no dejaban cristiano vivo. Los
sarracenos, allá donde llegan, incendian, matan, saquean, y a los que capturan
vivos los venden como esclavos. Después se marchan dejando desolación a sus espaldas.
O la sumisión, o la muerte (y a veces, muerte después de sumisión). Aquí, en el
viejo reino de Asturias y sus aledaños, ducados y condados, la estrategia
musulmana no será distinta. Aunque los moros no han ocupado territorios, no por
ello han dejado de prodigar sus incursiones de rapiña. Sabemos que habrá
expediciones moras en tierras gallegas, y que su objetivo será únicamente el
saqueo y la captura de esclavos, es decir, la obtención de botín.
Frente a eso, los cristianos organizan la respuesta. Consta
que a mediados del siglo VIII se reconstruyeron las viejas defensas creadas un
siglo antes; desde allí los asturianos detendrán las campañas de saqueo de los
musulmanes. Y no sólo las detendrán, sino que responderán con expediciones
equivalentes. A eso se refieren las crónicas Rotense y Sebastiense de la
crónica de Alfonso III, cuando aquí y allá, de forma fragmentaria y sin mayores
detalles, hablan de “batallas”. En los años 740 y 741, tomaron varias ciudades
como: Lugo, Tuy, Oporto, Braga, Viseu, Chaves, Ledesma, Amaya, Clunia, entre
otros muchos lugares.
Las campañas de Alfonso I en tierras del Duero son
implacables; llega a una población, mata a todos los moros que encuentra y se
lleva a los lugareños (cristianos). No se los lleva como esclavos, sino que los
traslada al norte: Asturias, Cantabria, Galicia, Bardulia, donde nacen numerosas
aldeas constituidas con aquella gente evacuada de sus pueblos. Así se va
configurando en el norte un reino con abundante población, y al sur, en el
valle del Duero, un autentico desierto.
¿En qué medida es aquello un autentico desierto?. “el
desierto del Duero”, que es uno de los grandes debates historiográficos sobre
la reconquista. Pero quedémonos con la estampa de las huestes de Alfonso I,
literalmente volcadas sobre esas tierras llanas. A la cabeza de esas huestes
figura nuestro caballero, Fruela, el hermano del rey Alfonso I; llamado Fruela
Pérez, porque era hijo del duque Pedro de Cantabria y duque de Bardulia
(Castilla).
La espada de Fruela Perez es la primera de un guerrero que
inscribe su filo en la historia de la reconquista. Se ha hablado de caudillos,
como Pelayo, o de reyes como Alfonso, o de grandes aristócratas, como el duque
Pedro de Cantabria. Fruela es otra cosa: segundón de familia noble, no le falta
fortuna ni linaje, pero su oficio va a ser exclusivamente la guerra. Las
crónicas no nos hablan de él directamente, como protagonista, sino sólo cómo
compañero de armas de su hermano. Pero como el rey no estaría todo el tiempo en
el campo de batalla, el peso de las operaciones le correspondía a Fruela Pérez.
Fue por tanto Fruela un capitán de los ejércitos de su
hermano Alfonso I, quien se encargo no solo de conquistar determinadas ciudades
bajo poder musulmán, sino de repoblar con gentes liberadas de la zona del
Duero, las tierras del norte, principalmente la Galicia liberada por cántabros y
astures unos años atrás. Se dio en entonces una paradoja en toda la zona al
norte del río Duero... tierras y ciudades liberadas del yugo musulmán, y cuyos
habitantes habían sido conducidos hacia el norte. Quedándose ciudades enteras
despobladas. Ni musulmanes ni cristianos tenían logística suficiente para poder
ocupar toda esa zona. Las fortificaciones de defensa, simples empalizadas con
algún muro de piedra, muy lejos aún de ser semejantes a castillos. Son situadas
al norte, cerca de las fronteras del reino natural de Asturias y Cantabria,
extendiéndose hasta la Bureba de Burgos y la Rioja, pero siempre en el límite
del propio terreno, nunca más allá.
Fruela era el hermano menor de Alfonso I, rey de Asturias.
Por tanto podemos suponer que alrededor del 740 cuando comienzan las campañas,
Fruela es ya un guerrero cuarentón, o cercano a la cuarentena de edad. Un
hombre de confianza no solo por el parentesco, sino por su enérgica
contundencia al mando de los guerreros y sus éxitos militares.
Gracias a las exitosas campañas de saqueo de las tierras
fronterizas en los campos góticos y sur de Bardulia, Fruela hizo dinero y
riquezas, él y sus allegados, quienes luego serian guerreros de confianza y
vasallos. Fruela construye su propio lugar en el universo de la corona
asturiana, así el hermano segundón se convierte en un poder fáctico, su
influencia durará decenios.
Fruela tuvo una hija, Numabela, que se casó con el duque
Lupu II de Gascuña. Y dos de sus hijos llegarían al trono de Asturias, Aurelio
y Bermudo I. El rey Ramiro I fue nieto de Fruela Pérez, Ordoño I, bisnieto. Y
Alfonso III, el de las crónicas, tataranieto. De esta manera nuestro valiente
guerrero Fruela , sin ser rey, fue tronco de reyes. Fruela era de ascendencia
visigoda, como su hermano Alfonso I, de quien se decía era descendiente de
Recaredo el Godo. Siendo por lógica Fruela descendiente a su vez del rey godo
Recaredo.
Poco más se sabe de este noble guerrero, mano derecha de
Alfonso I de Asturias. Espada de la reconquista y repoblador de Galicia. Se
supone, aun cuando puede que sea parte de la leyenda, que uno de los míticos
condes de Castilla Rodrigo Frolaz, era hijo de Fruela. Pero quizás esto sea
parte más de la leyenda que de la realidad.
PD. Sólo el escritor árabe Aben Makari nos cuenta sobre
Fruela Pérez con estas palabras: «en el mismo año algazuo Bedr contra el
Tseguer, (la frontera del Ebro) avanzando hacia Alava y habiéndola sometido a
capitación, mandó explorar a los hombres de estas comarcas, e informarse de sus
intenciones y constituyó jefe a quienes se franquearon con él, sobre la malicia
de los propósitos y agitación en el Tseguer,»
Para saber mas:
-Versiones Rotense y Sebastianense de la Crónicas de Alfonso
III
-BESGA MARROQUÍN, Armando (2000). Orígenes hispanogodos del
Reino de Asturias Oviedo: Real Instituto de Estudios Asturianos.
-Martínez Díaz, Gonzalo (2004). El Condado de Castilla
(711-1038). La historia frente a la leyenda. Valladolid: Junta de Castilla y
León.
-SETTIPANI, Christian (2004). La noblesse du Midi
carolingien: etúdes sur quelques grands familles d’Acquitaine et du Languedoc
du IXe au XIe siècle, Toulousain,
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