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martes, 22 de diciembre de 2015

La Reconquista: Los colonos llegan a Brañosera

Los colonos siguen llegando al sur de la cordillera para crear nuevas poblaciones. La Carta Puebla del año 824, es un documento de gran valor, es el primer fuero municipal de España, y la firman el Conde Munio Núñez y su esposa Argilo.

Gracias a este documento se saben muchas cosas de aquellos pioneros. Desde finales del siglo VIII, asturianos, cántabros y vascos, están deslizándose a través de las montañas hacía las tierras altas de Castilla. Los colonos persisten en sus objetivos, a pesar de la incesante amenaza musulmana.

En el este junto a Alava, llegan a los valles de Mena, Losa y Tobalina, hasta La Bureba de Burgos; en el centro, al pie de Cántabria, toman tierras en los valles donde nace el Ebro y hasta el norte de Palencia. Ya sabemos como era el sistema:  clanes de campesinos libres llegan a un territorio, hacen presura, los escaliban y se convierte en propietarios.

En algún momento, en el paisaje de las comunidades de las aldeas empiezan a aparecer los condes con la misión de representar al Rey y defender a los campesinos.

La del Conde es una vieja institución europea, tanto romana como germánica, un hombre de confianza del Rey tanto para la guerra y para la paz. Condes del Rey de Oviedo eran sin duda los guerreros que regentaban los castillos de la frontera oriental del reino, donde nace Castilla.

Uno de estos Condes es Munio Núñez, que deja inscrito su nombre en la historia por ser el primero que firma La Carta Puebla, es decir, un documento que reconoce las propiedades y derechos de los campesinos.

 Vamos a mirar un punto concreto del mapa: Brañosera, en el limite entre Cantabria y Palencia, equidistante entre Reinosa y Aguilar de Campoo. En el siglo I A.C. Estuvo asentada - eso dice el fuero - la ciudad celtíbera de Vadinía, en el año 820, no hay nada solo brañas, es decir, altos pastos de verano y osos. Brañas y osos: Brañosera. Hoy es un parque natural ( el de la montaña palentina).

No hay nada en esa zona hasta que empieza a aparecer los colonos. Vienen de Cantabria, concretamente de Maldecoria, la actual Mazcuernas, no lejos de Cabezón de la Sal.

¿Cuando empieza exactamente la repoblación? Tampoco se sabe con exactitud,
aunque se puede suponer que los primeros colonos empezarían a llegar hacía el año 820, lo que si se sabe con seguridad, es que en el año 824~el conde del lugar, Munio Núñez, junto a su esposa Agilo, firman la Carta Puebla, que reconoce a los colonos sus propiedades.

Hay que destacar la importancia de estos documentos: no solo nos esta diciendo quienes fueron los primeros colonos sino en que año, ademas nos indican que eran hombres libres y esa cualidad va a ser decisiva para toda la historia posterior.

¿Que quiere decir exactamente esa “libertad”? No poca cosa. Los pobladores pueden administrar sus tierras libremente. Tienen derecho a cobrar impuestos a quienes quieran pasar por ellas o utilizar sus pastos. Quedan exonerados a pagar otros impuestos o prestar servicios privativos del conde y ademas se reconoce todo eso a cualquier persona que acuda a ese territorio con carácter general. ¿ Y el conde? El conde tiene sus tierras pero no es propietario del territorio donde ejerce su jurisdición, sino que sólo es delegado del poder del Rey. Por eso en Castilla no se desarrolla el feudalismo como en Francia o en Inglaterra. Y así nace una sociedad libre.

La carta puebla:
"Sea en el nombre de Dios. Amén. Yo Munio Núñez y mi esposa Argilo, que buscamos el Cielo y recibiendo la merced entre osos y cacerías solemos fomentar poblados, hemos llevado para poblar, a vosotros Valero, Félix, Zonio, Cristuévalo y Cervello y a todos vuestros descendientes y os regalamos para poblarle, aquel lugar que se llama Braña Osaria, con sus montes, sus ríos, sus fuentes, frutos y valles y os señalamos como límites, los sitios conocidos por los nombres de Cotopedroso, aquella Casa de Campo, aquellos Llanos, y aquella antigua ciudad y aquel pradum porquerum, Cobas Regis, Penna Robra y aquel estrecho sendero por donde caminan los asturianos y otros comarcanos, aquel Petrizo que está enclavado en el Valle Verzoso y aquel coto mediano y os daremos yo el Conde Munio Núñez y mi mujer Argilo, a ti Valerio, Félix, Zonio, Cristóbal y Cervelo los mismos límites a vosotros o aquellos que vinieren a poblar la villa de Braña Osaria, y a todos los que lleguen de otras villas con ganados u otros negocios, con el fin de pacer las hierbas entre los límites dichos, que en esta escritura se leen los hombres vecinos de la Villa de Braña Osaria, les cobren el monttático y de las cosas y ganados que hallaren entre sus indicados límites, hagan (la mitad para el Conde) y la otra mitad para los hombres de la Villa de Braña Osaria y todos los que llegaren a poblar la Villa de Braña Osaria no den anubda ni guardias a los Castillos y solamente paguen el tributo que estuviere a su alcance por infurción (3) al Conde que estuviere en el Reino; y hemos poblado por debajo y junto a los arbustos del campo de huesos de la iglesia de San Miguel Arcángel, y legamos tierras(de labor) junto a la misma iglesia a derecha y a izquierda en sufragio de nuestra alma.
Yo Munio Núñez y mi mujer Argilo; si algún hombre después de nuestra muerte contradijere al concejo de la villa de Braña Osaría por los montes o límites o contenido que en esta escritura se señalan, de sus bienes pagará antes de litigar, tres libras de oro al Conde que estuviere en el Reino y esta escritura tenga firme ratificación.
Fue hecha esta escritura en el señalado día feria tercera de los idus de octubre, corriendo la era LXII y reinando el Príncipe Alfonso Rey y siendo Conde Munio Núñez. (Jueves 13 o 15 de Octubre de 824)
Yo Munio Núñez y mi esposa Argilo hemos firmado en esta escritura, el palafranero, con Armonium, Presbítero, Mónito, Ardegacamna, Vicente y Tello, Ablaza, Valerio como testigos".




Atención a otro dato: El conde habla del “concejo de la villa de Brañosera” que nos viene a decir que ademas del poder del propio conde, en ese pueblo hay un consejo de vecinos con autonomía suficiente para reconocer derechos de propiedad. Estamos en el siglo IX, en ningún lugar del mundo había algo igual.

Esta Carta Puebla de Brañosera es un documento de valor excepcional. Nos informa sobre los principios de la Reconquista. Nos describe la vida de aquellas gentes y nos explica el origen conocido en España de la organización municipal española.

Todos los condes de Castilla confirmarán los fueros de Brañosera: Gonzalo Fernández, Fernán Gonzalez, Sancho García... En cuanto a nuestro conde Munio, un descendiente suyo de igual nombre liderará como conde de Castilla, un siglo mas tarde, la expansión hacía el Duero.

Por cierto, hoy, la principal calle del pueblo de Brañosera, que todavía existe, es la Avenida del Conde Munio Núñez. No es para menos.

By @mgicafe

lunes, 16 de noviembre de 2015

La Reconquista: La hazaña de los pioneros


Para entender bien la enorme aventura de la Reconquista hay que subrayar siempre un hecho fundamental: Por encima y por debajo de las batallas, de los nombres de Reyes y de las crónicas de corte, a finales del Siglo VIII hombres y mujeres de a pie, familias de campesinos, iban ocupando tierras cada vez mas al sur, desafiando al peligro y la muerte, en busca de una vida mas libre. También en el Siglo IX, con Ordoño en Oviedo y Muhammad en Córdoba, los colonos cristianos siguen descendiendo lentamente hacia tierras llanas.

No es que las aguerridas huestes de Alfonso II el Casto hayan marchado a Córdoba para recuperar la España perdida, la España invadida por el islam. Lo que esta pasando es otra cosa: pequeños grupos de campesinos han empezado a saltar al sur de la Cordillera Cantábrica. Llegan a parajes nuevos, toman las tierras, las roturan y se instalan allí. Son los nuevos pioneros. Con ellos empieza realmente la Reconquista.



¿Cuándo comenzó el flujo de los colonos? Se cree que desde el 780 al 790. El escenario de estas incursiones se concreta en un area: La Bardulia, es decir. El solar original de lo que sera llamada Castilla, aproximadamente entre el sureste de Cantabria, al noreste de Burgos y al este de Álava. Es una zona todavía protegida por montañas, pero que se abre ya a la meseta. ¿Estos pioneros actúan por cuenta propia o son enviados por la corona? Mas bien por cuenta propia, ya que todo indica que se trata de colonizaciones espontaneas de campesinos que se lanzan a la aventura por su cuenta y riesgo. Después eso sí, la corona asturiana organizará los nuevos territorios. Pero el impulso inicial es de los propios pioneros.

Se conoce un caso en concreto: el de la familia formada por Levato y Muniadona y sus hijos, uno de ellos Zonio, firmaría años más tarde en el texto de la Carta Puebla de Brañosera en el año 824, considerada como el primer fuero municipal de España. Gracias a ellos se puede reconstruir unos hechos, que sin duda también se estaba produciendo en otros puntos de la frontera. Lebato y Muniadona aparecen hacia el año 796 en el Valle de Mena. Son cántabros que han llegado desde el Valle de Carranza a través del Monte Ordute.


                                                El valle de Mena


El valle de Mena no es un lugar seguro: a pocos km. se encuentra la vieja calzada romana que lleva del norte de Burgos a Castro Urdiales, mas o menos. Pero hablemos un poco de esta zona. La frontera oriental del Reino de Asturias era desde antiguo un lugar disputado, entre el oeste de la Rioja y de Álava, el sur de Vizcaya y de Cantabria, el noroeste de Burgos. Desde allí se pasa del valle del Ebro al valle del Duero, se puede tomar caminos que conectan el norte peninsular con la meseta, y la llanura aragonesa con León y Galicia. Los romanos llenaron esta zona de calzadas que va desde Zaragoza a Astorga y desde la meseta al Cantábrico. Toda esa zona se llamaba Bardulia. En algún momento se lleno de gentes que venían de Vizcaya, desplazados de sus tierras por los vascones.                     

                                       
Torre en Lezana de Mena

Esa mezcla de celtas, cántabros, hispanoromanos, vascones y godos va cuajando en unas gentes de carácter feroz y decidido, acostumbrados a soportar las acometidas islámicas, hacerles frente, verlo todo arrasado y volver a empezar. En el siglo VII a esta zona se le dará el nombre de Castilla.
                 
Condados de Castilla (930-970)

                                            
¿Que hacían los Pioneros? ¿Como se organizaban?. Se conoce el sistema porque luego se convirtió en institución con rango de ley. 1º una familia ocupaba tierras y las señalizaban con mojones: a eso se le llamaba “presura” y otorgaba el derecho de trabajar en el espacio ocupado. Para evitar que alguien abusara del sistema, acaparando mas de lo que podía trabajar, se formalizo otra institución llamaba “escalio”

Ese mismo sistema empezó a emplearse en esa época por otras partes de España como Aragón y Cataluña, pero con una diferencia, en la zona del Reino de Asturias los campesinos son libres, incluso bajo un señor. Y para manifestar esa libertad, son ellos mismos quienes tienen la libertad y el derecho de escoger al señor e incluso de cambiarlo cuando les venga en gana. A este sistema se le llamo “behetría” un régimen jurídico que venia del tiempo de los romanos y que los godos potenciaron.

En la zona de Aragón y Cataluña, la estructura era propiamente feudal, un modelo contrario al de hombres libres de la zona del Reino de Asturias.



BIBLIOGRAFIA PARA SABER MAS

-D. Claudio Sánchez Albornoz: Orígenes de la nación española. Estudios críticos sobre la historia del del Reino de Asturias. Publicado en 3 volúmenes por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas entre 1974 y 1975 y reeditado por la Caja de Ahorros de Asturias en 1984. Otra obra importante: Sobre la libertad humana en el reino asturleonés, publicado por Espasa-Calpe en 1978. Y en cualquier caso, hay que leer la monumental: España, un enigma histórico (Edhasa, 1983).

-Luis Suárez Fernández: Historia de España antigua y media (Rialp, 1975, dos tomos) y el tomo 5 de la Historia de España de la editorial Gredos (1991), titulado: La España musulmana y los inicios de los reinos cristianos: 711-1157.

-Es aconsejable leer a Julio Valdeón: La Reconquista. El concepto de España: unidad y diversidad (Espasa-Calpe, 2006) y La Alta Edad Media (Anaya, 2003)

-Hay dos libros importantes para orientarnos acerca la Reconquista y de los Reyes españoles en la Edad Media. Uno es de José María Mínguez: La españa de los siglos VI al XIII. Guerra, expansión y transformaciones. En busca de una frágil unidad (Nerea, 1994). El otro es de José Luis Villacañas Berlanga: La formación de los reinos hispánicos (Espasa-Calpe, 2006)

-Hay estudios parciales que se han hecho imprescindibles de José Ignacio Gracia Noriega: Don Pelayo, el Rey de las Montañas (La Esfera de los Libros, 2006) y también: Historias de Covadonga (Laria, 2008)

-Juan Ignacio Ruiz de la Peña, tiene una monografía notable: La monarquía asturiana 718-910 (la edición mas reciente es en Nobel, 2002)

-Si tenéis posibilidad, os recomiendo consultar la edición del Real Instituto de Estudios Asturianos sobre un simposio celebrado en Covadonga en 2001 y cuyas actas se agruparon bajo el título: La época de la Monarquía asturiana.

Quedan muchos libros en el tintero.

sábado, 3 de octubre de 2015

La Reconquista: Los mártires de Córdoba.

Altar Reliquias de los Mártires de Córdoba

Pregunta de preguntas; ¿hasta qué punto era realmente musulmana la España de Al-Ándalus?

De hecho será una de las líneas políticas del emirato, intentar islamizar el territorio por todos los medios. Sin embargo hay numerosos datos y ejemplo de que el cristianismo seguía muy vivo.

Vamos a empezar con un texto de la época. Año 850, un sacerdote cristiano escribe lo siguiente: “era el año 850, año vigésimo noveno del emirato de Abderramán. El pueblo de los árabes, engrandecido en riquezas en tierras hispanas, se apodero bajo una cruel tiranía de casi toda Iberia. En cuanto a Córdoba, llamada antaño –Patricia - y ahora llamada ciudad regia tras su asentamiento, la llevo a lo más elevado encumbramiento, la ennobleció con honores, la engrandeció con su gloria, la colmo de riquezas y la embelleció con la afluencia de todas las delicias del mundo, más allá de lo que es posible, hasta el punto de sobrepasar, superar y vencer en toda pompa mundana a los reyes de su linaje que le precedieron. Pero mientras tanto, bajo su pesadísimo yugo, la Iglesia era arruinada hasta la extinción”. Quien esto escribió fue un eminente cordobés, de familia cristiana, llamado Eulogio de Córdoba Profesor a su vez, había reintroducido el latín en su círculo, para mayor irritación del poder moro.

¿Cómo era posible que este Abderramán II, que había llevado a Córdoba a tal grado de esplendor, se comportaba con tanta crueldad contra los cristianos? Era posible porque su entorno, como sucede de manera recurrente en el Islam, se había instalado el fundamentalismo, el llamado “malikismo” cuya traducción es: aplicación estricta de la ley islámica

Contra cualquier tópico, el Islam nunca fue tolerante con España. Eulogio escribía: “bajo su pesadísimo yugo, la Iglesia cristiana era arruinada hasta la extinción”. Había que pagar un impuesto especial para seguir profesando la fe de Jesús; las manifestaciones externas de fe, el apostolado, etc.

En la práctica política andalusí, los cristianos del emirato – los mozárabes – eran enemigos cuya presencia se toleraba a regañadientes. Por eso desde finales del siglo VIII será creciente el goteo mozárabe hacía el norte buscando acogida en el Reino de Asturias.  Pero también el elemento cristiano estará muy presente en las sucesivas conmociones internas del emirato, particularmente en las sublevaciones de viejas ciudades como Toledo y Mérida, que cada vez soportaban menos el despotismo cordobés. Ahí es donde se mezclan los problemas sociales y políticos con el problema religioso, al no poder organizarse con las armas, los hispano cristianos, buscaran otra forma de expresar resistencia.

Los primeros casos conocidos de cristianos que prefirieron la muerte antes de abjurar su fe, datan del año 825. Como hoy es costumbre, de dar la vuelta a las cosas, no faltan falseadores de la historia que niegan la persecución islámica y denuncian el fanatismo cristiano.
URNA con las reliquias de los mártires de Córdoba

El problema parece, además generalizado en la España mora, porque hacia 828 el emperador carolingio Luodovico Pio escribe a los cristianos de Mérida para llamarles a la resistencia. Uno de los casos más sonados de aquel tiempo fue el del presbítero Perfecto, decapitado el 18 de abril de 850. A Perfecto le cortaron la cabeza, pero no tuvo el efecto que como escarmiento esperaban los musulmanes, fue todo lo contrario, ya que aumento el número de mártires. Se sabe que nada menos 48 notables de Córdoba, cristianos todos ellos, se ofrecían voluntariamente al martirio.
Decapitación del presbítero Perfecto

Entre el 3 y el 25 de junio del año 851, son ajusticiados un laico y once monjes; entre ellos el monje Isaac, que había sido nada menos que administrador de los caudales públicos en la corte cordobesa. El 21 de noviembre son martirizadas 2 hermanas, Nunila y Alodina; 3 días después, la Virgen Flora (hija de un mahometano y una cristiana) y la monja María. Los martirios cristianos estaban creando un malestar social importante, Abderramán II quiso tomar cartas en el asunto y convoco un concilio en el año 852. Quería forzar a los obispos cristianos a que condenaran la búsqueda voluntaria del martirio, no lo consiguió. En Toledo mientras tanto, seguía la agitación, llegando incluso a lanzar ofensivas sobre el Valle del Guadalquivir. Abderramán II murió ese mismo año 852, su sucesor Muhammad I, endurecería aún más la represión.
San Issac de Córdoba

El 13 de marzo de 857 son decapitados los santos Rodrigo y Salomón, al primero lo había entregado su propio hermano, convertido al Islam. Conocemos otros nombres: Sancho (un guerrero cristiano del Pirineo que había acabado de esclavo en la guardia del Sultán), el sacerdote Pedro, Walabonso, Diacano, Sabiniano, Wistremundo, el anciano Jeremías y Habencio. Estos últimos protagonizaron un episodio impresionante. Se presentaron voluntariamente ante el juez musulmán y se ofrecieron al martirio. Conocemos las palabras que dijeron: “Nosotros repetimos lo mismo que nuestros hermanos Isaac y Sancho; mucho nos pesa de vuestra ignorancia, pero debemos deciros que sois unos ilusos, que vivís miserablemente, embaucados por un hombre malvado y perverso. Dicta sentencia, imagina tormentos, echa mano de todos tus verdugos para vengar a tu profeta. Aquí nos tienes.
Santos Rodrigo y Salomón

Aquello llevo a dividir a la comunidad cristiana, mientras los más acomodaticios empezaban a criticarles, otros los defendían porque eran capaces de llevar su fe hasta la muerte. Entre los defensores destaca Eulogio el cordobés y el prestigio de Eulogio entre los mozárabes creció hasta tal punto que en 858 fue elegido Obispo de Toledo, nunca llegaría hacerse cargo de la diócesis. Los moros habían entendido, que para sofocar el movimiento de resistencia, era imprescindible acabar con Eulogio. Fue encarcelado en 859, se le acuso de haber ocultado a una joven de padres musulmanes llamada Leocricia. La joven fue sentenciada por apóstata y Eulogio llevado ante el emir. Se le conmino a retractarse, pero los jueces sólo consiguieron que hiciera una encendida defensa del cristianismo. San Eulogio fue decapitado el 11 de marzo de 859, a las 3 de la tarde. A la muerte de Eulogio se abre un paréntesis de siglos denominado “silencio mozárabe”, aunque la llama del cristianismo nunca se extinguió.

Este episodio de los mártires de Córdoba resulta hoy bastante políticamente incorrecto. Al discurso dominante le gusta imaginar un Al-Ándalus pacífico de convivencia tolerante. Esta imagen pretendidamente bucólica de la convivencia de las tres culturas dista mucho de la realidad. La verdad es otra. En primer lugar la España cristiana no se abandono al nuevo poder musulmán, sino que les planto cara. Y, además, esta resistencia cristiana fue crucial: los españoles sabían lo que eran y el rasgo de su identidad que había que defender. Por último, que en la defensa de su fe no retrocedieron ni siquiera ante el martirio, a pesar de la cobardía disfrazada de los que apostaban por someterse al islam. Esta es la enseñanza histórica de los Mártires de Córdoba: fue la España que resistió al islam.
Urna de plata de los Santos Eulogio y Leocricia (Catedral de Oviedo)

PD. En el año 883 trasladaron los restos del mártir Eulógio de Córdoba a Oviedo donde se conserva la urna en la Cámara Santa. Fue un ejemplo de resistencia, de lucha por la libertad, frente a los cobardes colaboracionistas utilitarios, tan amadores de su vida que juzgaban su pensamiento como un “suicidio”

viernes, 4 de septiembre de 2015

¿Quiénes eran los moros?

¿Quiénes eran los moros? ¿De dónde venían? ¿Qué buscaban aquí?  Cuando se cuenta este episodio de la reconquista, suele darse por hecho que los musulmanes estaban allí, en el norte de África, desde siempre. No es así. De hecho, hacia 711 el islam era un recién llegado.

Vamos a señalar fechas esenciales. En el corazón de Arabia, Mahoma comienza su predicación hacía 610. Perseguido, debe huir. Sin embargo, la predicación de Mahoma no deja de hacer su efecto en una tierra hasta entonces dividida en tribus de nula organización política y con unas de las religiones mas primarias, de tipo animista. Hacia 630, la religión que enseña Mahoma se ha convertido en la nueva fe de las tribus árabes. Como en el islam la organización religiosa corre pareja con la estructura política, en torno a esa fe se edifica el embrión de un estado nuevo, el primer estado musulmán, bajo la inspiración del mismo Mahoma. Cuando Mahoma muera, ese estado será heredado por sus hijos, que lo extenderán por Palestina y Siria. El califa no es sólo un rey: es el heredero vivo de Mahoma. Inevitablemente, los distintos clanes de herederos se enfrentarán entre si por hacerse con el califato. Será el clan Omeya quien triunfe: él trasladará el califato desde Arabia hasta Damasco, en Siria, en el año 661.

Uno de los pilares fundamentales del islam es la expansión de la fe, que no se concibe como predicación pacifica, sino que incluye el recurso de la guerra: eso es, la guerra santa o yihad y los musulmanes hacen abundante uso de ella. La expansión hacia el norte les esta vetada por el poderío del Imperio bizantino, heredero de Roma, en el este del imperio, pero hacia oriente y occidente no hay nada que les pueda oponer resistencia. Hacia oriente, el imperio persa se ha descompuesto y será presa fácil de los guerreros de Alá. Hacia occidente, las tierras de Egipto y Libia, hasta Cartago y lo que hoy es Marruecos, carecían de estructura política capaz de presentar una potencia alternativa. En este contexto puede entenderse mejor la rapidísima expansión islámica: en el año 640 caen el Cairo y enseguida Alejandría, en Egipto; en 650, la frontera persa; en 670, Cartago y después el Magreb.
Cuando los musulmanes llegan al norte, lo que hoy es Marruecos, lo que encuentran no es una tierra vacía. Aquí ha estado la Mauritania Tingitana, uno de los territorios más prósperos de la vieja Roma. Los moros intentan al menos 3 veces pasar a la península, pero los visigodos los detienen. Y como siempre hay un traidor, ya que les resulto más fácil con el gobernador de Ceuta, el Conde D. Julian, que facilitó la entrada ayudándoles con barcos a cruzar el estrecho.

Vamos a señalar algo importante, en aquellos tiempos era importante, echar mano de ayuda extranjera en las querellas internas, a estos aliados extranjeros los beneficiados les recompensaba con tierras y riquezas, y ahí se cerraba el negocio. No había razones para pensar que los musulmanes actuarían de modo distinto, pero lo hicieron, no se conformaron como seria lo habitual, querían imponer su propia religión, la expansión territorial y el poder político.


Cabe preguntarse ¿Cómo fue que nadie puso resistencia, al margen de los visigodos fugitivos de Narbona? ¿Cómo es posible que la estructura política, administrativa e incluso religiosa de la Hispania visigoda se derrumbara como un castillo de naipes ante la fuerza musulmana, que, pese a sus éxitos militares, nunca fue numéricamente superior, a lo que hubiera podido reunir un enemigo resuelto? Casi todos los historiadores están de acuerdo en que la rápida conquista del poder musulmán se debe a un cúmulo de circunstancias.

En primer lugar, los visigodos del bando de Witiza, no veían a los musulmanes como enemigos, sino como aliados, porque efectivamente lo eran y no había razón alguna para que les hiciera la guerra, aparte que el bando Witiza carentes de rey no supieran organizarse, seguramente ni sintieron la necesidad de hacerlo.

Segunda razón, la penetración musulmana había sido muy bien acogida y probablemente hasta estimulada por influyentes sectores de la propia población peninsular. Parece probado que tanto terratenientes hispanorromanos, como la población judía, consideraban a los moros como unos salvadores frente a la opresión de la monarquía goda.

Tercera causa de la expansión musulmana, al principio el nuevo poder no presentaba un perfil avasallador y despótico, sino que pactó por todas partes con los nobles hispanorromanos y godos dueños de las tierras, permitiéndoles conservar sus dominios a cambio, de un impuesto y un acto formalizando su sumisión. Es bien conocido el caso de Teodomiro, que gobernaba en la región sureste, en torno a Murcia , cuando años antes este mismo gobernador había desarbolado un intento de invasión musulmana, este Teodoromiro acepto el poder del califato a cambio de seguir gobernando sus territorios. Lo mismo sucedió en el valle del Ebro,  el conde Casio, pasando a llamarse: los Banu-Qasi, cuya familia se islamizó.

Y hay una cuarta razón, que es el carácter religioso importante subrayar, porque explica la fácil avenencia de los españoles de la época hacia el nuevo poder. Es que el Islam de aquella época, temprano el siglo VIII, era un credo ostensiblemente elástico. En el siglo VIII, era una fe que se presentaba como la prolongación de las religiones Judía y Cristiana cuya fundamental novedad era presentar a Jesús, no como Dios, sino como hombre elegido por Dios. Esta singularidad, por cierto no dejaba de corresponder con los planteamientos de la herejía arriana.

Musa, que hasta entonces había permanecido en África, posiblemente en Qayrawan(Túnez), recibe noticias de que Tariq está actuando libremente,...........

Por todas estas razones, se puede suponer, que para la mayoría de la población, la llegada de estas gentes no sería distinta a lo que supuso la llegada de los godos tres siglos antes. Y ,sin embargo, todo iba a cambiar porque los nuevos ocupantes no iban a contentarse con ostentar el poder, sino que querían extender su dominio por todas partes y construir un país a su imagen y semejanza. Aunque el destino al final no iba a ser amable con los capitanes de la conquista mora en España. Muza fue llamado a Damasco para rendir cuentas de su conquista. Al califa, Soleimán, no le gusto el reparto del botín y condenó a Muza a la pena de muerte, fue asesinado en una Mezquita de Damasco en el año 716. Antes de ir a Damasco Muza había dejado como gobernador de Sevilla a su hijo Abd-al-Aziz, este se caso con la viuda de D. Rodrigo, Egilona, la cual al parecer ejerció tal influencia sobre su nuevo marido que le llevo a convertirse al catolicismo y coronarse rey de España. Abd-al-Aziz también fue asesinado por orden del califa Soleimán. Tarik tampoco tuvo un futuro brillante, se cree que fue él quien denuncio a Muza, murió en el año 720, igualmente en Damasco.

Y mientras eso ocurría, oscuros grupos de vencidos iban refugiándose en el norte, de la cornisa Cantábrica, escapando de la furia del vencedor. De esos grupos de vencidos nacería el núcleo inicial de la Reconquista.




martes, 18 de agosto de 2015

El proceso mas fascinante de la historia universal

Pese a quien pese, la Reconquista fue el proceso más fascinante de la historia. Ningún territorio ocupado por el Islam en los siglos VII y VIII fue capaz de expulsar a los invasores, ninguno salvo la Península Ibérica.

La Reconquista en etapas

Puede discutirse la cualidad de esa Reconquista incluso la propiedad del término, pero el proceso histórico fue el que fue: a partir de 711 y como consecuencia de un invasión extranjera, España se islamizó; después de varios siglos de avance cristiano, en un clima general de guerra y con pocos lapsos de paz, el islam terminaría expulsado en 1492. Eso fue la Reconquista.

¿Cómo comenzó todo? ¿Dónde? ¿Por qué? Bien, todo empezó en un pequeño rincón del norte de España, en torno a Cangas de Onís, en Asturias. Un minúsculo núcleo de resistencia rural, limitada a unos pocos clanes de campesinos y guerreros ASNOS SALVAJES como les llamaban despectivamente los musulmanes, constituyo un espacio político precario, pero decidido a sobrevivir. Así nació el Reino de Asturias, sin otra fuerza que la voluntad de no doblegarse ante el poder musulmán y sin más elemento de cohesión que la Cruz.

Es una historia que se ha contado miles de veces y que ha ocupado algunas de las cabezas de los mejores historiadores de España. Desde Claudio Sánchez Albornoz, pasando por Luis Suarez, Menéndez Pidal, Julio Valdeón, solo por reducir a 4 nombres aunque la nómina que, en justicia es más larga, así como divulgadores de la historia que sin los historiadores no podrían contar la historia.

Parece que hoy se ha olvidado, particularmente por las generaciones más jóvenes, por eso es necesario volver a contarla otra vez. ¿Qué contar? Lo más posible. La peripecia del Reino de Asturias es una hazaña asombrosa. Aquella gente encerrada en un pequeño enclave de poder militar escaso y economía rudimentaria,  hizo frente a un enemigo poderoso, cuya voluntad de dominación era una determinación religiosa inapelable. A los rebeldes del norte, les esperaban tiempos trágicos, durísimos, sometidos una otra vez a las campañas y saqueos musulmanes que asolaban los campos, sembraban la esclavitud y la muerte, y todo eso año tras año, sin apenas tregua. Es inconcebible que pese a su inferiorida, el reino de Asturias lograra sobrevivir, pero lo hizo.
Y no solo logro sobrevivir, sino que poco a poco fue incorporando a los demás pueblos cristianos de la cornisa cantábrica. Y no solo eso, sino que más tarde, consiguió mantener a raya al enemigo musulmán infligirle perdidas seria, y no solo eso, sino que empezó aventurarse al sur de la cordillera para repoblar las tierras llanas. ¿Cómo fue posible semejante prodigio?

Es muy interesante meterse en las mentes de aquellas gentes, de reyes condes obispos que iban dejando su nombre en los amaneceres de la Reconquista. La historia tradicional a puesto a cada uno en su sitio y nos brinda el fresco especialmente vivo de aquellos siglos de aventura y tragedia.

Pero en aquel tiempo, no había solo reyes y condes, sino que también había un pueblo que escribía la historia con el surco profundo de sus arados. La vida de ese pueblo nos resulta oscura, porque las fuentes históricas se fijan más en los grandes nombres que en los pequeños. Pero hay indicios suficientes para reconstruir su peripecia en aquellos siglos del origen, y lo que se puede adivinar es estremecedor.
Los indicios son: diplomas de remotas fundaciones monacales que hablan de los pioneros en valles expuestos al peligro moro, testimonios del favor regio para premiar el heroísmo de tal o cual colono, fueros que organizaron por primera vez en la vida de los repobladores como hombres libres en un espacio nuevo, rusticas iglesias que oscuros clérigos contribuyeron con sus propias manos, decenas de cadáveres emparedados en una cueva del Pirineo, documentos que nos hablan de litigios y pleitos por tierras y montes. Además lo que cuentan las crónicas, tanto cristianas como moras.

Hay muchas formas posibles de contar la vida del reino de Asturias, el principio de la Reconquista, pero, de todas quizá la más sugestiva es la vida de aquellos colonos, de aquellos pequeños nombres. ¿Quién sería Cristuévalo, el de Brasoñera? ¿Cómo murieron los desdichados cuyos cuerpos se hallaron en la Cueva de la Foradada?  Los nombres de esas personas han sobrevivido a la escasez de fuentes directas y por eso tienen valor. A partir de una huella en la historia se puede reconstruir un esquema general, del mismo modo que unos pocos fósiles permiten recomponer la anatomía de un sauro. Y una vez reconstruido el objeto, descubrimos que es fascinante.

Resumámoslo así: por encima y por debajo de Reyes y batallas, en realidad la Reconquista fue una gigantesca aventura popular, un enorme movimiento de gentes de a pie que buscaron en las tierras nuevas del sur una vida más libre, y que desafiaron todos los peligros para conquistarla. Después, solo después los reyes y los condes sancionarían aquella expansión hacia el sur, incorporando las nuevas tierras al espacio político de la corona. Pero el impulso inicial fue, siempre, obra de personas singulares.
Esas personas son las verdaderas protagonistas de ese proceso asombroso que se llama Reconquista. Y en ellas hay que pensar cuando se escribe la crónica de dos siglos de supervivencia, de resistencia y, al final, de victoria y libertad. Sus sacrificios, su sudor y su sangre permitieron construir una comunidad política.

Honrarás a tu padre y a tu madre. Al fin y al cabo, de no ser por aquella gente, aquellos ASNOS SALVAJES, nosotros no existiríamos hoy

jueves, 13 de agosto de 2015

España era nación y Cataluña ni siquiera una idea


España era una nación antes de que Cataluña existiera

En Abril de 815, poco después de la creación del condado de Barcelona, como separación entre el reino de los francos y los musulmanes, Ludovico Pio rey de Aquitania y soberano de Septimania, promulgó un precepto destinado a la protección de los habitantes del condado de Barcelona y otros condados subalternos. En el texto se habla, literalmente de los “españoles”,  Juan, Chintila y un largo etc. Y, sobre todo, se dice algo enormemente interesante sobre lo habitantes de lo que ahora denominamos Cataluña: "Muchos españoles no pudiendo soportar el yugo de los infieles y las crueldades que éstos ejercen sobre los cristianos, han abandonado sus bienes en aquél país y han venido a buscar asilo en nuestra Septimania o en aquella parte de España que nos obedece". 

En el documento – como era de esperar – no aparece la palabra “Cataluña”, ni la palabra “catalanes” porque eran ideas aún inexistentes, pero si hace referencia a cómo esa zona formaba parte de España y a que sus habitantes eran españoles. Hasta el año 1090 la familia de los condes de Barcelona - que seguían siendo vasallos del reino franco fue de origen extranjero, y, con la excepción de Berenguer III, que se casó con María, la hija del Cid Campeador, los matrimonios siempre se contrajeron con mujeres procedentes de algún lugar situado al norte de los Pirineos, como fué el caso de el mismo Berenguer III en sus segundas nupcias con con Dulce de Provenza o de Rouergue.

En el año 1137, un Conde de Barcelona, llamado Ramón Berenguer IV rompió con esa tradición, seguida durante siglos por sus antecesores, y contrajo matrimonio con la Princesa Petronila de Aragón. De esta manera el Condado de Barcelona – que ni era Cataluña, ni era una nación catalana, ni tenía pretensión de serlo volvía a reintegrarse en el proceso de reconstrucción, de reconquista, de una España que había estado a punto de desintegrarse por completo a causa de la invasión islámica. Y  no lo hacía como parte no de una confederación catalano-aragonesa, como dicen los nacionalistas, a pesar de que jamás aparece tal nombre en las fuentes históricas, sino como parte de la Corona de Aragón. 

Esa conciencia de que Cataluña era tan sólo una parte de España y no una nación independiente la encontramos también en los Reyes que ejercieron sobre ella su soberanía, citare algunos ejemplos:

Cuando, en 1271, Jaime I salió del Concilio de Lyon, tras haber ofrecido la cooperación de sus hombres y de su flota para emprender una cruzada, exclamó: “Barones, ya podemos marcharnos, hoy a lo menos hemos dejado bien puesto el honor de España”. De la misma manera, cuando socorrió a Alfonso X de Castilla en la lucha contra los moros en Murcia, Jaime I sostuvo que lo hacía “para salvar a España”.

De manera semejante, el Rey Pedro III afirmó, que había salvado el honor de España al acudir a Burdeos para batirse con Carlos de Anjou , manteniendo su palabra. Y si esto pensaban los Monarcas que reinaban entre otros territorios sobre Cataluña, no otra cosa pensaban sus historiadores. En el siglo XIV, el catalán Rivera de Perpejá escribió la Crónica de España, en la que señalaba precisamente cómo Cataluña era una parte de esa España despedazada por la invasión pero ansiosa de reunificación . Y el gran historiador Ramón Muntaner reclamo una política conjunta de los 4 reyes de España, que son, según escribió, <  d´una carn e d´una sang > El gobierno catalán sustenta su mentira histórica a pesar de que Cataluña jamás se consideró una nación, sino que siempre formó parte de una vieja nación llamada España.

En fecha tan tardía como 1893, Francesc Cambó inicio la tarea de predicar el catalanismo por las tierras de Cataluña. Sería el mismo quien en sus memorias, describiría el ambiente con que se encontró:  "En su conjunto, el catalanismo era una cosa mísera cuando, en la primavera cuando en 1893 inicié en el mi actuación. Organizamos excursiones por el Penedés y del Vallés, donde había algún catalanista aislado no creo que hiciéramos grandes conquistas los payeses que nos escuchaban". (F. Cambó, Memorias (1876-1936), Alianza Editorial, Madrid 1987, pp. 37,40 y 42)
Aquél era un tiempo en el que el catalanismo tenía todo el carácter de una secta religiosa. Puede decirse que todos los catalanistas se conocían entre si.

Las palabras de Cambó serian confirmadas por Josep Pla, más tarde si cabe, en 1928 que añadiría: "Los catalanistas eran muy pocos. Cuatro gatos. En cada comarca aproximadamente un catalanista que era, generalmente, un hombre elegante que tenía fama de chalado" (J. Pla, Cambó, Ediciones de la Nova Revista, Barcelona 1928, p.46). Desde luego no dejaba de ser una situación peculiar descrita por dos ilustres catalanes si se tiene en cuenta que, de acuerdo con los postulados del nacionalismo, Cataluña es una nación oprimida por España Por el contrario, lo que escribían sobre la situación de hace más de un siglo Cambó y Pla resulta lógico si se tiene en cuenta que, en términos reales y no míticos, fidedignos y no mentirosos, la historia de Cataluña siempre ha sido la historia de España.

Desde luego, los romanos que fueron los que crearon el termino Hispania siempre incluyeron en sus límites los territorios que, ya muy avanzada la Edad Media, seria Cataluña. No en vano Tarraco, la actual Tarragona, fue capital de una de esas Hispanias.

Lo mismo sucedió, cuando deshecho el imperio romano, se estableció en la península, un dominio visigodo que  cristalizaría en el reino de España.  Significativo resulta, por ejemplo, que la primera capital de ese reino, con Ataúlfo estuviera en Barcelona. Sabido es que muy pronto la capital y con lógica irrefutable se traslado al centro de la península, y más concretamente a Toledo, pero a esas alturas los escritores visigóticos, con San Isidoro de Sevilla a la cabeza, hablan de una nación llamada España cuyas raíces romanas y cristianas a la que han llegado recientemente los godos. 

Semejante visión no quebró todo lo contrario cuando la invasión islámica de 711 pulverizo el reino godo. El reino, España, que se aprestó inmediatamente a la resistencia frente al invasor musulmán En un intento de protegerse de un ataque islámico, los reyes francos, se apoderaron de unos terrenos al sur de los Pirineos, a los que denominaron Marca Hispánica, (nombre ciertamente revelador) y a los que convirtieron en zona de salvaguarda. Sin embargo de forma bien significativa, los monarcas francos fueron conscientes de que aquel territorio, que siglos después serian Cataluña eran ya entonces España. La única realidad es que España ya era identificada como una nación cuando Cataluña no era siquiera una idea.

By Felisa Pérez Segovia

@mgicafe